Anatomía - Cierre de incisiones de trócar mediante ENDO CLOSE®

  1. Aspectos anatómico-clínicos del cierre de incisiones de trocares

    Aspectos anatómico-clínicos del cierre de incisiones de trocares

    Debido al cierre no realizado con cuidado de las incisiones de trocares, pueden surgir herniaciones clínicamente relevantes, las llamadas hernias de trocar.

    Las hernias de trocar no tienen que ser necesariamente hernias «verdaderas», ya que la protrusión del peritoneo parietal, que por definición caracteriza una hernia, puede faltar por completo. Especialmente en los primeros días postoperatorios después de una intervención laparoscópica, puede producirse, en ausencia de cierre peritoneal, un desplazamiento de porciones de epiplón o vísceras abdominales a través del defecto fascial hacia el exterior. Tales «herniaciones» se manifiestan clínicamente más como dehiscencias de herida y menos como hernias.

    Las hernias de trocar también pueden presentarse como «hernias» preperitoneales subfasciales, en las que el defecto peritoneal representa la puerta de la hernia, a través de la cual porciones de epiplón o vísceras abdominales se desplazan al espacio subfascial, sin embargo, sin superar el plano fascial. Esta variante se produce también en el postoperatorio temprano, especialmente en pacientes obesos.

    En comparación con las variantes mencionadas anteriormente, la hernia de trocar «verdadera» con protrusión peritoneal a través de un defecto fascial no cerrado se desarrolla de manera sustancialmente más tardía y se diagnostica en promedio recién 9 a 12 meses después de la intervención.

    Las hernias de trocar no tienen que causar necesariamente molestias, aproximadamente ¼ de los afectados no presenta síntomas. Sin embargo, en alrededor del 70 % de los afectados, las hernias de trocar se vuelven sintomáticas y provocan molestias o complicaciones como la incarceración, cuya frecuencia se sitúa entre el 14 y el 17 %. Así, las hernias de canal de punción en los primeros días postoperatorios pueden llevar, a causa de incarceración, necrosis y perforación, hasta el desarrollo de un abdomen agudo. El contenido herniario más frecuente es el intestino delgado (56 %) y porciones del omento mayor (35 %).

    Dado que el defecto peritoneal y/o fascial suele ser muy pequeño, en muchos casos se desarrolla una hernia de Richter, en la que solo hay una incarceración parcial de la pared intestinal (llamado hernia de pared intestinal), lo que ocurre en casi el 70 % de las hernias de trocar con contenido de intestino delgado. Esta variante de hernia representa una complicación peligrosa, ya que el diagnóstico oportuno a menudo se retrasa debido a la ausencia de trastorno de paso.

    La incidencia de hernias de trocar no se conoce con certeza, en la literatura las indicaciones sobre la frecuencia varían entre 0,02 y 7,7 %.