Komplikationen - Hernia espigeliana, laparoscópica

  1. Complicaciones intraoperatorias

    • Hemorragia intraoperatoria

      En la fijación transfascial se debe prestar atención a la lesión de los vasos de la pared abdominal, en particular los vasos epigástricos. En caso de hemorragias persistentes por grapas, se recomienda una sutura transparietal con un capturador de hilo.
       
    • Lesión intestinal en el marco de la adhesiolisis

      Las deserosaciones deben reconocerse y suturarse inmediatamente.
      En lesiones transmurales, la localización (intestino delgado-intestino grueso) y la cantidad de salida de contenido intestinal son decisivas, en su caso posponer la implantación de la malla a 4 - 7 días después.
      En caso de salida masiva de heces, se debe convertir.
       
  2. Complicaciones postoperatorias

    • Hemorragia postoperatoria/Hematoma

      Control ecográfico, en caso de progresión de tamaño posiblemente punción. Hemorragias postoperatorias relevantes para Hb y hematomas grandes sintomáticos deben ser revisados.
       
    • Perforación intestinal secundaria no detectada

      En caso de desviación del curso postoperatorio esperado y sospecha de una lesión intestinal no reconocida (fiebre, peritonismo, íleo, parámetros de infección) debe explorarse quirúrgicamente. Reoperación con detección de la lesión intestinal y sutura, posiblemente resección y lavado abdominal, tratamiento antibiótico, posiblemente explantación de la malla. Letalidad aprox. 3 %.

      Una adhesiolisis debería realizarse preferiblemente solo con tijeras. La corriente monopolar puede aplicarse puntualmente, se debe renunciar completamente a las tijeras ultrasónicas debido a daños térmicos no detectados.

      Lesiones intestinales no detectadas no solo ocurren durante la adhesiolisis, sino también durante el acceso primario por punción intestinal.
       
    • Parálisis intestinal postoperatoria/íleo manifiesto

      Una parálisis intestinal después de una adhesiolisis extensa o sutura de la pared intestinal es frecuente. Se recomienda un aumento lento de la dieta posiblemente administración de medicamentos antieméticos para evitar arcadas y vómitos. Una estimulación intestinal conservadora posiblemente administración de un procinético (p. ej. neostigmina) puede intentarse, en caso de íleo manifiesto reoperación con detección y corrección de la causa.
       
    •  Dolores agudos/crónicos postoperatoriosDolores postoperatorios agudos surgen principalmente por manipulaciones extensas en el peritoneo parietal o el neumoperitoneo en sí.

      Dolores postoperatorios crónicos definidos ya en 1986 por la «International Association for the Study of Pain» como dolores que persisten más de tres meses a pesar de una terapia conservadora óptima.

      Posibles causas son un daño traumático de los nervios por sutura en la fijación de la malla, especialmente con el uso de material de sutura no reabsorbible o pinzamiento de nervios en tacks.

      Analgesia postoperatoria consecuente. En dolores refractarios a la terapia que se localizan puntualmente en un hilo de sujeción transfascial, este debería eliminarse a través de un acceso circunscrito. Identificación de una propagación segmentaria e intento de bloqueo segmentario posiblemente neurectomía del nervio intercostal afectado. Eliminación de la malla como última ratio.

      Factores de riesgo son dolor preexistente o mal controlado postoperatorio temprano, sexo femenino y ancho de la brecha herniaria > 10 cm.
       
    • Seroma

      Un seroma está presente regularmente dependiendo del tamaño del saco herniario y sin consecuencia terapéutica, posiblemente control ecográfico de evolución. Si el tamaño del seroma causa síntomas clínicos, puede realizarse una punción en casos individuales (¡absolutamente estéril!) (posiblemente con examen microbiológico). En seromas recurrentes no se debe puncionar múltiples veces, sino entonces insertar un drenaje controlado ecográficamente y derivar consecuentemente durante algunos días. Cave: Cada punción aumenta el riesgo de una infección de la malla.
       
    • Infección de la malla

      Una infección real de la malla es muy rara y se manifiesta como peritonitis. En condiciones contaminadas, el riesgo de una infección de la malla aumenta significativamente. Una peritonitis postoperatoria es causada mayoritariamente por una lesión intestinal no detectada, por lo que entonces también debe realizarse una revisión. En peritonitis manifiesta, la malla debe eliminarse. En peritonitis moderada o circunscrita sin sepsis clínica, un intento conservador está justificado. Si la situación no mejora en los próximos 2 - 3 días, existe indicación para la eliminación de la malla.
       
    • Pseudorrecidiva/Bulging

      Además de por un seroma o hematoma, que se percibe de manera similar a la sintomatología preoperatoria especialmente por hinchazón, puede ocurrir en hernias grandes en hasta el 17 % un llamado bulging. En este caso, debido a la falta de reconstrucción de la pared abdominal, se produce una protrusión detectable tempranamente postoperatoria de la malla a través de la gran brecha herniaria sin hernia propiamente dicha.
       
    • Recidiva aprox. 10 - 15 %

      Factores de riesgo son un diámetro de hernia de > 5cm, adiposidad intraabdominal y una localización de defecto lateral.

      En el IPOM, la recidiva surge típicamente en la zona marginal debido a una superposición insuficiente o contracción de la malla.

      En recidiva clínicamente irrelevante con ausencia de síntomas, mayoritariamente como hallazgo casual en una imagen por otros motivos, existe solo condicionalmente una indicación quirúrgica. En progresión de tamaño o síntomas, debería considerarse una reoperación.
       
    • Adhesiones/Migración de la malla/Fístula intestinal

      Debido al contacto directo del implante de malla con la cavidad abdominal, puede producirse adhesiones al intestino en casos raros con migración de la malla y formación de fístulas entéricas.

      En la mayoría de los casos, las adhesiones permanecen sin consecuencias, siempre y cuando se evite el contacto directo del intestino con polipropileno. Una posición intraperitoneal de una prótesis de polipropileno lleva en más del 20 % a la necesidad de una resección intestinal.