Gestión perioperatoria - resección rectal interesfinteriana abierta, con tracción transanal del colon y formación de pouch

  1. Indicaciones

    • Alteraciones patológicas del recto que se encuentran hasta 5 cm por encima de la línea anocutánea, o aquellas que en una anastomosis suprasfinteriana en el marco de una resección rectal anterior profunda no proporcionarían la distancia de seguridad requerida hasta el límite de resección aboral; la técnica operatoria presentada se mueve en el límite entre la resección rectal anterior profunda y la extirpación abdominoperineal.
    • La operación incluye una escisión mesorrectal total con resección del esfínter interno, así como una anastomosis coloanal bajo protección de estoma.
    • Este procedimiento quirúrgico preservador del esfínter, que evita la amputación, requiere una reconstrucción neorrectal mediante un procedimiento de bolsa colónica. Esto muestra un efecto positivo en la función fecal postoperatoria.

    Al elegir entre una operación preservadora de la continencia y la extirpación, deben considerarse tanto aspectos oncológicos como funcionales.

    A pesar de la importancia central de la operación, especialmente en el carcinoma del tercio inferior del recto, es importante una planificación terapéutica interdisciplinaria en el marco de una conferencia tumoral multidisciplinaria. De esta manera, mediante el uso de radioquimioterapia a largo plazo, se puede lograr una reducción significativa del tumor, a menudo incluso un downstaging, y se pueden aceptar márgenes de resección aborales menores, hasta 0,5 cm, lo que a menudo hace posible por primera vez la preservación de la continuidad intestinal . Sin embargo, en tumores poco diferenciados (G3, G4) se recomiendan distancias de seguridad mayores.

    El factor pronóstico más importante después de intervenciones oncológicas es la resección del tumor y del área de drenaje linfático manteniendo una distancia de >1 mm al margen de resección circunferencial. El margen de resección circunferencial („circumferential resection margin“, CRM) describe la distancia más pequeña desde el tumor hasta el margen de resección lateral, independientemente de si se trata del tumor primario o de otra manifestación tumoral intramesorrectal como ganglios linfáticos afectados por tumor o invasión vascular extramural. Generalmente, se documenta como CRM positivo una distancia de 1 mm o menos.

    Ambos criterios (aboral y circunferencial) de margen de resección son claramente más difíciles de lograr en carcinomas del tercio inferior del recto que en tumores ubicados más arriba, lo que se refleja en preparaciones peores y especialmente en una tasa de recidiva local más alta. La razón principal radica en las particularidades anatómicas.

    Las reconstrucciones restauradoras de la continuidad deberían protegerse básicamente mediante un estoma protector debido a la alta tasa de insuficiencias de las anastomosis coloanales o interesfinterianas.

    En el ejemplo mostrado se trata de un carcinoma del tercio inferior del recto ubicado yuxtaanal. Se realiza una resección interesfinteriana parcial hasta la altura de la línea dentada. La anastomosis se realiza después de formar una bolsa de coloplastia como sutura manual coloanal. 

    Aspectos funcionales

    Además de la viabilidad técnica bajo aspectos oncológicos, los aspectos funcionales son decisivos para la decisión sobre la preservación de la continencia en carcinomas de asiento profundo. La preservación de la continuidad no es necesariamente igual a la preservación de la continencia. Alrededor de la mitad de todos los pacientes con una resección rectal anterior profunda desarrollan un „low anterior resection syndrome“ (LARS), que se caracteriza por una frecuencia fecal aumentada con evacuación fraccionada, urgencia fecal imperiosa e incontinencia para gases o heces líquidas. Además, muchos pacientes sufren problemas significativos en la evacuación intestinal, lo que también tiene un impacto negativo considerable en la calidad de vida. Los pacientes con resecciones preservadoras de la continencia y anastomosis ≤5 cm están más restringidos en cuanto a la calidad de vida que los pacientes con tumores ubicados más arriba. 

    La evaluación preterapéutica de la función posterior es difícil. El resultado funcional se vuelve más crítico con cada centímetro que acerca la anastomosis a la línea dentada. También en caso de incontinencia preexistente, se debe ejercer la mayor moderación respecto a la realización de una operación preservadora de la continuidad. La decisión a favor o en contra de la preservación de la continencia en el carcinoma rectal de asiento profundo por razones funcionales es casi siempre una decisión individual, que debe discutirse exhaustivamente con el paciente de manera abierta antes de la operación.

    Radioterapia neoadyuvante

    La radioterapia neoadyuvante puede administrarse con y sin quimioterapia y se recomienda según las guías S3 para el carcinoma rectal en los estadios UICC II (pT3-4 pN0) y III (pT1-4 pN+). 

    La radioquimioterapia neoadyuvante (RCT) dura aproximadamente 6 semanas, seguida de una pausa terapéutica de 6-8 semanas hasta la operación. 

    La irradiación de corta duración neoadyuvante (RT) se administra en 5 días consecutivos. Aquí la operación se realiza después de 2-7 días. Dado que no se espera un downsizing del tumor, en tumores que alcanzan las fascias de envoltura o que se encuentran cerca del esfínter, se prefiere la RCT.

    El 27% de los pacientes muestran una remisión completa histológica mediante la RCT. Estos pacientes tienen un pronóstico oncológico particularmente bueno. Dado que la evaluación de la respuesta es difícil y se requiere un examen digital rectal (DRE), una endoscopia y una RM para la demostración, una estrategia de „watch-and-wait“ solo puede aplicarse en tumores hasta 7 cm desde el ano y preferiblemente en estudios.

  2. Contraindicaciones

    • comorbilidad grave

    Operabilidad limitada, p. ej., por enfermedad pulmonar grave, insuficiencia cardíaca, cirrosis hepática, etc.; si esta comorbilidad representa una contraindicación para la operación, debe verificarse individualmente.

    • Incontinencia anal grave preexistente.

    Si ya en la historia previa al desarrollo del carcinoma de recto existía una incontinencia anal grave, debe considerarse en coordinación con el paciente si no es un procedimiento quirúrgico más sensato una operación según Hartmann con muñón de Hartmann profundo o una extirpación abdominoperineal del recto con colocación de un descendostoma terminal. El resultado funcional se vuelve más crítico con cada centímetro que acerca la anastomosis a la línea dentada. Debe tenerse en cuenta que un estoma bien cuidado ofrece una mejor calidad de vida que una incontinencia anal grave sin estoma.

    • Infiltración del esfínter o distancia de seguridad insuficiente entre el borde inferior del tumor y el borde de resección distal

    Aquí debe realizarse una extirpación abdominoperineal del recto. Lo mismo aplica para la situación en que, a pesar de la resección a la altura de la línea dentada, en la pieza quirúrgica se presenta macroscópica o microscópicamente (corte rápido) una infiltración con células tumorales. También en este caso debe pasarse a una extirpación abdominoperineal del recto para garantizar una radicalidad oncológica suficiente.

  3. Diagnóstico preoperatorio

    Exploración clínica, incl. exploración rectal digital. Esta permite ya una evaluación de la distancia del tumor a la línea anocutánea y permite evaluar la movilidad del tumor con respecto al entorno. 

    Rectoscopia: Solo la rectoscopia rígida permite la localización exacta del tumor, idealmente medida desde la distancia del tumor a la línea dentada o de la distancia del tumor desde el ano.

    Biopsia: La confirmación histológica preoperatoria del diagnóstico del tumor es obligatoria. Se deben tomar varias biopsias, ya que frecuentemente los carcinomas surgen de adenomas.

    Colonoscopia completa: La colonoscopia completa es necesaria para diagnosticar y extirpar adenomas adicionales o para excluir un segundo carcinoma. Si debido a una estenosis el tumor no es pasable, alternativamente se puede realizar un enema con contraste colónico, una colonoscopia intraoperatoria o una colonoscopia virtual.

    Ecografía del abdomen: La ecografía del hígado se realiza para excluir metástasis hepáticas. Alternativamente, esta exploración puede ser sustituida por una tomografía computarizada del abdomen o una tomografía por resonancia magnética.

    Tomografía computarizada de la pelvis: La TC no tiene valor para el estadiaje local. Su valor radica en la detección de metástasis a distancia.

    Tomografía computarizada del tórax: En tumores del tercio inferior del recto, se requiere para excluir metástasis pulmonares.Las metástasis pulmonares ocurren con mayor frecuencia en el carcinoma de recto que en el de colon. En el carcinoma de asiento profundo, la metástasis hematógena se produce a través del plexo rectal inferior hacia la vena cava.

    Tomografía por emisión de positrones (PET): Este procedimiento no se utiliza habitualmente en el diagnóstico primario del carcinoma de recto, pero es muy adecuado para diferenciar recidivas locorregionales de cicatrices o cambios inflamatorios.

    Criterio de decisión CRM=margen de resección circunferencial

    En los últimos años, el margen de resección circunferencial (CRM) se ha establecido como el parámetro pronóstico más importante. Los pacientes con gran proximidad de la fascia envolvente al tumor tienen una tasa de recidiva local más alta y una supervivencia peor.

    Para seleccionar pacientes adecuados para RT o RCT neoadyuvante, se requieren los siguientes criterios diagnósticos a elaborar:

    • Altura del tumor
    • Profundidad de infiltración transmural (estadio T)
    • Presencia de ganglios linfáticos mesorrectales afectados por tumor (estadio N)
    • Distancia del tumor o de ganglios linfáticos sospechosos de tumor a la fascia mesorrectal (CRM). CRM («circumferential resection margin») es la distancia de las extensiones del tumor desde la fascia envolvente mesorrectal, que puede predecirse con gran precisión mediante RM.

    Endosonografía: La endosonografía permite determinar la categoría T clínica con una sensibilidad y especificidad relativamente altas, en base a la cual se debe decidir, entre otras cosas, si se realiza una terapia neoadyuvante. Además, la endosonografía permite diagnosticar ganglios linfáticos sospechosos debido a su tamaño en una parte de los pacientes. En general, es inferior a la RM excepto en tumores T1.

    Tomografía por resonancia magnética de capa fina de la pelvis: La tomografía por resonancia magnética permite de manera aún más clara que la endosonografía delimitar un tumor que infiltra en el mesorrecto de la lámina limítrofe y permite determinar la distancia a esta estructura de manera muy precisa. Con esto se obtiene una alta precisión predictiva respecto a la categoría T y N y la libertad de tumor esperada en el margen de resección circunferencial. Se debe evaluar la extensión del tumor al suelo pélvico y al aparato esfinteriano anal y la posible infiltración del espacio intersfinteriano.

    Observación: La elección del procedimiento quirúrgico adecuado en el carcinoma del tercio inferior del recto requiere un diagnóstico específico. En este sentido, la exploración clínica y una RM adaptada específicamente a esta localización del tumor tienen una importancia particular.

    En los carcinomas del tercio inferior del recto, el logro de un margen de resección circunferencial negativo a menudo no se decide en la capa de preparación a lo largo de la fascia envolvente mesorrectal, sino distal del mesorrecto en el área en la que la pared intestinal ya no está envuelta por grasa mesorrectal y se encuentra directamente adyacente al elevador. Un estadiaje tumoral preoperatorio exacto es indispensable especialmente en los tumores cercanos al ano con contacto estrecho al suelo pélvico y a la musculatura esfinteriana estriada transversal para la elección del procedimiento quirúrgico correcto.

  4. Preparación especial

    • Información escrita al paciente
    • Aclaración de la operabilidad, en su caso, consulta con otros departamentos especializados para la evaluación consultiva de la operabilidad.
    • Presentación anestesiológica
    • Conversación de información respecto al cuidado del estoma y marcado de un sitio de paso del estoma
    • Debido a la tasa de insuficiencia claramente elevada, en todo caso se debe crear un estoma protector.
    • Dado que la protección se produce mediante la desviación de las heces, el colon debe estar lavado, ya que de lo contrario el contenido de todo el marco colónico en caso de insuficiencia aún podría vaciarse en la cavidad abdominal. 
    • Preparación intestinal preoperatoria: La situación actual de los datos habla a favor de un lavado intestinal anterógrado con adición de antibióticos tópicos.
    • Dado que la protección se produce mediante la desviación de las heces, el colon debe estar lavado, ya que de lo contrario el contenido de todo el marco colónico en caso de insuficiencia aún podría vaciarse en la cavidad abdominal. 
    • Profilaxis antibiótica perioperatoria
    • Catéter vesical
    • Sonda gástrica
    • en su caso, radioterapia/quimioterapia neoadyuvante
    • Afeitado del área operatoria
  5. Información

    • Necesidad de la colocación de un ileostoma en asa protectora
    • Lesión de estructuras/orgános adyacentes: vejiga, uretra, uréter, vesículas seminales, próstata, vagina; bazo
    • Hemorragias/hemorragias posteriores con uso de sangre ajena/transfusiones
    • Infección de la herida/absceso intraabdominal/infección
    • Trombosis/embolia
    • Alteración de la vejiga urinaria y función sexual
    • Insuficiencia de la anastomosis
    • Estenosis de la anastomosis
    • Incontinencia fecal
    • Urgencia fecal imperativa
    • Evacuación fraccionada de heces
    • pos. discusión y documentación de una posible extensión de la operación según hallazgos a la extirpación recto abdominoperineal 
    • Intervenciones de revisión
  6. Anestesia

  7. Posicionamiento

    Posicionamiento

    El posicionamiento se realiza en posición de litotomía. En el posicionamiento en las conchas para piernas, se debe prestar atención cuidadosa a que el N. peroneo en la cabeza del peroné esté acolchado y que esta quede lo más libre posible. Ambos brazos se colocan adosados. Para prevenir un deslizamiento del paciente en posicionamiento extremo, se debe elegir una base que ofrezca un agarre firme y, en su caso, colocar soportes para hombros.

  8. Configuración de quirófano

    Configuración de quirófano
    1. El cirujano se coloca inicialmente en el lado derecho, el 1er asistente enfrente. El 2do asistente se coloca inicialmente entre las piernas.
    2. Durante el procedimiento perianal, el cirujano se sienta entre las piernas y el 2do asistente cambia al lado derecho. 
    3. La enfermera instrumentista de quirófano se coloca en el lado izquierdo, la mesa de instrumentos sobre el extremo de la pierna izquierda.
  9. Instrumentales especiales y sistemas de sujeción

    • Conchas para piernas y soportes para hombros
    • Lone Star Retractor™
    • Separador de la pared abdominal
    • Drenaje de silicona con sutura y bolsa de drenaje
  10. Tratamiento postoperatorio

    Analgesia postoperatoria: El tratamiento postoperatorio incluye en particular una terapia del dolor consecuente, que generalmente se garantiza mediante catéter peridural o mediante analgésicos periféricos, o mediante administración de analgésicos sistémicos (opiáceos, antiinflamatorios no esteroideos) que debe garantizarse.
    Siga aquí el enlace a PROSPECT (Procedures Specific Postoperative Pain Management).
    Siga aquí el enlace a la guía actual Tratamiento de dolores agudos perioperatorios y postraumáticos.

    Seguimiento médico: Los puntos clave del tratamiento postoperatorio en los primeros 1-2 días después de la operación son el reconocimiento de complicaciones como hemorragia posterior, insuficiencia respiratoria, descompensación cardíaca, etc. En el curso posterior del tratamiento, a partir del 3.º y 4.º día postoperatorio, la vigilancia y el manejo de posibles infecciones y su detección están en primer plano (p. ej., infección del tracto urinario, neumonía, infección de la herida, insuficiencia de la anastomosis). Tan pronto como el paciente esté en condiciones, se debe iniciar y practicar el cuidado del estoma para garantizar un alta rápida. 

    Profilaxis de trombosis: en ausencia de contraindicaciones, debido al alto riesgo de tromboembolia (gran intervención abdominal operatoria en caso de malignidad), además de medidas físicas, se debe administrar heparina de bajo peso molecular en dosis profiláctica, posiblemente adaptada al peso o al riesgo de disposición, hasta alcanzar la movilización completa. Se discute la continuación de la profilaxis tromboembólica medicamentosa durante, p. ej., 6 semanas.
    A tener en cuenta: función renal, HIT II (anamnesis, control de plaquetas)
    Siga aquí el enlace a la guía actual Profilaxis de la tromboembolia venosa (TEV).

    Movilización: Se debe aspirar a una movilización rápida al lavabo y al pasillo, según el estado.

    Fisioterapia: Además de la gimnasia respiratoria, se realiza la movilización regular del paciente según el estado y las relaciones de fuerza al borde de la cama o en el sillón.

    Construcción de la dieta: La construcción de la dieta se puede realizar en el marco de los conceptos Fast-Track a partir del 1.er día postoperatorio, en particular en presencia de un ileostoma.

    Regulación de las heces: La regulación de las heces debe estimularse, si no se inicia espontáneamente, mediante procinéticos (p. ej., Prostigmin s.c. o i.v.).

    Incapacidad laboral: Dependiendo de la convalecencia, se debe contar con una incapacidad laboral de al menos 4-6 semanas después de la operación en regla general.