Incisión collar en enfisema cutáneo pronunciado
1.1 Complicaciones por posicionamiento
Para mejorar la exposición de los órganos, los pacientes en intervenciones laparoscópicas a menudo se colocan en posiciones extremas, por lo que durante el posicionamiento pueden comprometerse nervios largos que discurren superficialmente. Están particularmente en riesgo:
- N. peroneo
- N. femoral
- N. ulnar
- Plexo braquial
Profilaxis
- soportes acolchados para los hombros en caso de posición con cabeza baja esperada
- en la posición de litotomía, las perneras deben acolcharse adicionalmente con cojines de gel en la zona de las cabezas del peroné
- en brazos adosados, estos deben acolcharse adicionalmente en la zona del codo y fijarse sueltos al cuerpo en posición de pronación
- los brazos extendidos deben colocarse sobre un soporte acolchado y no abducirse más de 90°
1.2 Complicaciones por la introducción de los trócares
Por la introducción de los trócares, especialmente del 1.º trócar, puede producirse lesiones en órganos huecos y vasos, lo que en muchos casos tiene como consecuencia un cambio rápido a la laparotomía para la evaluación segura y el tratamiento de la lesión. En particular, la evaluación de lesiones vasculares que se producen retroperitonealmente es apenas posible por vía laparoscópica. Incluso si una lesión intestinal accidental pudiera controlarse por vía laparoscópica, también debe pensarse en la posibilidad de otras lesiones intraabdominales que no sean reconocibles a primera vista.
1.3 Complicaciones por el neumoperitoneo
El neumoperitoneo puede desencadenar numerosas alteraciones patológicas a nivel hemodinámico, pulmonar, renal y endocrino. Dependiendo de la presión intraabdominal, el tipo de anestesia, la técnica de ventilación empleada y las enfermedades subyacentes, pueden producirse complicaciones graves en caso de una conducción inadecuada de la anestesia.
1.3.1 Complicaciones cardiovasculares
- Arritmias
- Paro cardíaco
- Neumopericardio
- Hipo-/Hipertensión
1.3.2 Complicaciones pulmonares
- Edema pulmonar
- Atelectasias
- Embolia gaseosa
- Barotrauma
- Hipoxemia
- Neumotórax/-mediastino
Medida inmediata
- Evacuar el neumoperitoneo
- si la complicación no puede controlarse por parte de anestesiología: en su caso, cambio a procedimiento abierto o interrupción de la intervención
Caso especial: Enfisema cutáneo subcutáneo extremo
En hasta el 3 % de todas las laparoscopias se produce un enfisema cutáneo collar , que sin tratamiento puede llevar a una compresión inminente de las vías respiratorias y secundariamente a un neumotórax y neumomediastino, y requiere una incisión collar para evacuar el CO2. Siempre que en un neumotórax por CO2 no existan problemas de ventilación, se puede esperar inicialmente, ya que el CO2 en el tórax se reabsorbe rápidamente. En caso de problemas de ventilación o un capnotórax extenso, está indicado un drenaje torácico. Están particularmente afectados los pacientes mayores debido al tejido laxo.
1.4 Complicaciones específicas de la operación
Las complicaciones específicas de la operación de la resección hepática laparoscópica corresponden a las de la técnica abierta. Si no pueden controlarse por vía laparoscópica, no debe dudarse en la conversión a la laparotomía. Proceder entonces según la complicación como se describe a continuación:
1.4.1 Hemorragia
Hemorragias arteriales
- Pueden producirse durante la disección del hilio hepático, por lo general son bien controlables
- Debido al peligro de lesión de estructuras de los conductos biliares y otras lesiones vasculares, las hemorragias en el hilio hepático no deben suturarse a ciegas, sino prepararse sucesivamente y tratarse de manera dirigida
- Fugas vasculares arteriales: sutura directa con Prolene® 5-0 o 6-0 o clip
- En la transección accidental de una arteria principal, la reconstrucción es obligatoria, reanastomosis, en su caso utilizando un injerto de V. safena
Hemorragias venosas
- p. ej., de la vena porta, son mucho más difíciles de controlar: bajo control local de la hemorragia, primero debe obtenerse una visión general, luego clampear cerca del tronco y, en su caso, suturar el vaso.
- Las hemorragias de la vena cava son en ocasiones difíciles de controlar
- En hemorragias localizadas retrohepáticamente, que pueden producirse durante la movilización del hígado, la vena cava por lo general aún no está suficientemente expuesta para poder clampearla tangencialmente. Aquí solo ayuda agarrar y estrechar la vena cava, preferiblemente con una pinza; luego preparar la lesión y suturarla; en esta situación es útil si la vena cava se ha rodeado previamente infrahepáticamente
- En hemorragias de la vena cava a la altura de la estrella de las venas hepáticas, el control de la hemorragia a menudo solo es posible mediante compresión manual
- En situaciones difíciles puede ser necesario ocluir temporalmente la vena cava por debajo y por encima del hígado. Para ello, en su caso puede ser necesario abrir el diafragma a la altura del paso de la cava
- Atención: ¡existe el peligro de una embolia aérea!
Hemorragias de la superficie de resección del hígado
- Suturas dirigidas
- No suturas masivas profundas, ya que conducen a necrosis del parénquima circundante y pueden tener como consecuencia lesiones de vasos adyacentes, p. ej., venas hepáticas de pared delgada
- En hemorragias difusas: cauterización, p. ej., con un argon-beamer
- En hemorragia difusa masiva de la superficie de resección (generalmente como consecuencia de trastornos de la coagulación), también puede ser necesario un packing temporal con paños abdominales
Profilaxis de hemorragias intraoperatorias
- Acceso adecuado con exposición suficiente
- Movilización generosa del hígado
- Ligaduras preliminares del hilio en lobectomías anatómicas
- Ecografía intraoperatoria con representación de las estructuras vasculares en la zona de resección
- Disección controlada del parénquima
- Evitar una sobrecarga del sistema venoso (PVC baja)
- Tratamiento cuidadoso de la superficie de resección
Compromiso del suministro sanguíneo arterial
- En principio, durante la preparación del hilio se indica precaución para no lesionar o ligar accidentalmente la arteria equivocada. Esto significaría una complicación considerable.
1.4.2 Fugas biliares
- Con vesícula biliar aún presente: oclusión del conducto colédoco y compresión manual de la vesícula biliar con inspección simultánea de la superficie de resección del hígado; en su caso, sutura dirigida
- Con vesícula biliar ya extirpada: realización de una prueba de azul de metileno o Lipovenös a través del muñón cístico: se inyecta Lipovenös o azul de metileno bajo presión en el sistema de conductos biliares, de modo que las fugas biliares se visualizan bien por la salida de la emulsión grasa blanca o de la solución azul.
1.4.3 Embolia aérea
- Las embolias aéreas (en intervenciones laparoscópicas: embolias de CO2) pueden producirse por la apertura inadvertida o no detectada de pequeñas venas hepáticas, lo que se manifiesta por taquicardia repentina, hipotensión, hipoxemia arterial, arritmias y un aumento de la PVC. Las embolias se favorecen por PVC bajas o incluso negativas.
- Evitar la entrada adicional de aire mediante detección, clampeo o sutura del sitio de entrada, ventilación PEEP inmediata.
1.4.4 Neumotórax
- Puede producirse en tumores cercanos al diafragma o infiltrantes → drenaje torácico intraoperatorio
1.4.5 Transection del D. colédoco
- tras la transección accidental del D. colédoco, con buena perfusión de ambos muñones puede realizarse una anastomosis directa, en su caso colocación de un drenaje en T
- en condiciones de perfusión inciertas está indicada la realización de una hepaticoyeyunostomía
1.4.6 Lesiones de órganos huecos
- En pacientes previamente operados, especialmente después de colecistectomía o intervenciones previas en el estómago, debe realizarse adhesiolisis. En ello pueden lesionarse órganos huecos.
