Perioperatives Management - Fundoplicatura, técnica Short-Floppy-Nissen, plastia del hiato con augmentación con malla

  1. Indicaciones

    Indicaciones

    Una hernia hiatal se produce por un debilitamiento del diafragma, en el que se desplazan por un hueco entre las dos cruras del diafragma porciones variables del estómago hasta el estómago completo en el peor de los casos con el bazo y porciones intestinales hacia el tórax.

    Se distinguen 4 tipos

    Tipo I: Hernia axial, es decir, la entrada del estómago se desplaza a lo largo del eje del órgano a través del hiato hacia arriba.

    Tipo II: Hernia paraesofágica, es decir, la entrada del estómago permanece por debajo del diafragma y otras porciones del estómago se desplazan junto al esófago a través del hiato hacia el tórax.

    Tipo III: Forma mixta de tipo I y II. Existe tanto un desplazamiento axial del esófago y el estómago hacia el tórax como un desplazamiento de porciones del estómago hasta el estómago completo junto al esófago (estómago torácico – „upside-down stomach“).

    Tipo IV: Forma más grave, en la que además se desplazan partes del intestino grueso, el bazo con o sin cola del páncreas hacia el tórax.

    Las hernias de deslizamiento axial representan hasta el 90% de los casos y se describen inicialmente como variante normal y no per se como enfermedad.

    La indicación para la intervención quirúrgica depende del cuadro de síntomas y de la morfología de la hernia.

    Mientras que el objetivo de la cirugía antirreflujo es el refuerzo del esfínter esofágico inferior mediante un manguito gástrico para prevenir el reflujo, el objetivo en las hernias hiatales de tipos II-IV es corregir la posición defectuosa del estómago y de otros órganos desplazados hacia el tórax.

    Existe una indicación para intervención quirúrgica  en:

    • Hernia hiatal axial con enfermedad por reflujo refractaria al tratamiento

    Observación: Una operación antirreflujo solo debe realizarse cuando existe una necesidad de tratamiento a largo plazo (>1año).

    • ERGE complicada („gastroesophageal reflux disease“): esofagitis por reflujo grave (Los Ángeles grado C y D), estenosis péptica

    La clasificación de Los Ángeles es el sistema de clasificación más utilizado para la esofagitis por reflujo. La clasificación de Los Ángeles se basa en la observación endoscópica del esófago. Distingue 4 estadios:

    • Estadio A: Una o varias lesiones de la mucosa < 0,5 cm. Las lesiones no se extienden más allá de las crestas de dos pliegues mucosos.
    • Estadio B: Al menos una lesión > 0,5 cm. Las lesiones no se extienden aún más allá de las crestas de dos pliegues mucosos.
    • Estadio C: Las lesiones sobrepasan las crestas de varios (>2) pliegues mucosos. Sin embargo, ocupan menos del 75% del perímetro total del esófago, es decir, aún no hay defectos circulares
    • Estadio D: Existen lesiones circulares que ocupan más del 75% del perímetro total del esófago.

     

    • Enfermedad no tratable completamente con medicamentos

    Observación: Una respuesta inicial a los IBP con una resistencia creciente habla a favor del éxito de la operación.

    • Deseo del paciente, no querer tomar inhibidores de la bomba de protones de por vida.
    • Hernia hiatal tipo II a IV

    Observación: En las hernias hiatales tipo II a IV, la hernia hiatal por sí sola es una indicación para intervención quirúrgica debido a la posibilidad de complicaciones graves (incarceración).

    La operación de la hernia hiatal incluye la reposición del contenido herniado y una hiatoplastia (estrechamiento del hiato esofágico) mediante sutura. Dependiendo de la situación clínica, el procedimiento se complementa con la extirpación del saco herniario, funduplicatura, implantación de malla o gastropexia.

    El acceso transabdominal laparoscópico o asistido por robot es hoy en día el método preferido para el tratamiento de la hernia hiatal.

    El tratamiento quirúrgico de la enfermedad por reflujo requiere además del tratamiento del hiato una funduplicatura.

    Mínimamente invasivo vs. abierto

    La superioridad de la funduplicatura laparoscópica sobre la funduplicatura abierta está claramente demostrada en la literatura. También la guía recomienda explícitamente que la técnica laparoscópica se utilice como estándar. 

    Tipo de manguito

    Se discute desde hace mucho tiempo si la funduplicatura parcial posterior según Toupet es superior a la funduplicatura total según Nissen en el tratamiento de la ERGE. Diversos estudios han intentado aclarar la controversia „Toupet vs. Nissen“.

    El manguito completo parece estar asociado a una mayor proporción de disfagia postoperatoria y „gas bloating“, la sintomatología de reflujo persistente es más frecuente con un manguito parcial. En resumen, los datos disponibles hablan tendencialmente a favor de una superioridad del manguito de 270° según Toupet para el tratamiento de la enfermedad por reflujo gastroesofágico. Si la función esofágica es normal, el manguito completo de 360° según Nissen sigue siendo una técnica bien documentada.

    Aumento con malla

    La cuestión de si y en qué casos se debe realizar un aumento con malla de la hiatoplastia es objeto de discusión actual. Según la guía alemana S2k, no se debe realizar de rutina un refuerzo del hiato con material extraño.  La situación actual de los datos respecto al refuerzo con malla del hiato no permite una recomendación clara. Por un lado, se han demostrado ventajas del refuerzo con malla en cuanto a la tasa de recidiva de hernia hiatal, por otro lado, el riesgo de una complicación grave como por ejemplo migraciones de malla al esófago con la consiguiente necesidad de resección (p. ej. Op según Merendino) no es despreciable.

    En la práctica quirúrgica actual, se recomienda un refuerzo con malla en hernias grandes para reducir la tasa de recidiva. Sin embargo, no hay datos a largo plazo suficientes para hacer una afirmación definitiva a favor o en contra del uso de una malla en el hiato. Si no es posible una aproximación sin tensión de las cruras del diafragma, se recomienda en todo caso un refuerzo con malla.

    Tampoco está aclarado en última instancia el tipo de malla. Las mallas sintéticas y biológicas de reabsorción lenta parecen ser ventajosas, las no reabsorbibles deberían evitarse más bien. Si se va a utilizar una malla sintética, los pacientes deben ser informados sobre el peligro de erosión de la malla.

    En la fijación de las mallas, en los métodos de fijación afilados debe tenerse en cuenta una penetración demasiado profunda de las estructuras anatómicas adyacentes. Se han descrito lesiones de la estrella venosa hepática, de la aorta o del pericardio.

    Disfagia

    El problema de la disfagia se ha mejorado en los últimos años gracias a las posibilidades de la dilatación endoscópica. Ya después de 1–2 procedimientos con dilatadores de gran calibre se observan buenos resultados. De hecho, la frecuencia de reintervenciones por disfagia persistente es más bien baja.

    Extirpación del saco herniario

    Se recomienda una preparación del saco herniario de las estructuras mediastinales y se asocia (no claramente demostrado) con una tasa de recidiva más baja, aunque en hernias grandes no siempre es posible debido al gran peligro de una lesión iatrogénica del esófago o de los vasos gástricos.

  2. Contraindicaciones

    Específicas:

    • Trastornos de la motilidad esofágica (acalasia, espasmo esofágico difuso)
    • Participación esofágica en una enfermedad autoinmune, p. ej. síndrome CREST como forma especial de una esclerodermia (C – Calcinosis, R – Síndrome de Raynaud, E - E (Ö)sophagusfunktionsstörung, S – Esclerodactilia, T – Telangiectasia)
    • Esofagitis de otra génesis (infecciosa, medicamentosa-tóxica)
    • Enfermedades extraesofágicas con sintomatología similar al reflujo, p. ej. EAC

    Nota:Se requiere especial precaución en pacientes en los que los síntomas de una supuesta enfermedad por reflujo no responden o responden de manera insignificante a una terapia de alta dosis con IPP. Aquí se debe revisar y aclarar de manera crítica el diagnóstico de una enfermedad por reflujo, por qué el tratamiento medicamentoso no fue exitoso. El fracaso del tratamiento conservador no representa una indicación quirúrgica inmediata, aquí siempre se debe pensar también en un diagnóstico erróneo. 

    Generales:

    • Contraindicaciones para la creación de un neumoperitoneo debido a una enfermedad sistémica grave o adherencias masivas („hostile abdomen“).

    Además, se deben considerar contraindicaciones relativas, en las que posiblemente sea posible una optimización preoperatoria:

    • Trastornos graves de la coagulación (Quick < 50%, PTT > 60 sec, plaquetas < 50/nl) 
    • hipertensión portal pronunciada con caput medusae
    • Pacientes con enfermedades cardiovasculares graves concomitantes, para los que solo la anestesia representa un riesgo (p. ej. constelación NYHA III/IV, estenosis carotídea de alto grado).
  3. Diagnóstico preoperatorio

    Anamnesis:

    • Síntomas de reflujo: Acidez, eructos ácidos, regurgitación, sensación de presión
    • Anamnesis de reflujo de años de duración
    • Respuesta positiva a IBP
    • Aumento necesario de la dosis de IBP / Intolerancia a IBP / Rechazo a tomar IBP
    • Calidad de vida reducida / síntomas de reflujo intolerables
    • El sufrimiento de los pacientes debe capturarse con un índice de calidad de vida.
    • Aspiraciones recurrentes

    Prueba de IBP:

    La respuesta completa o en gran medida a la administración de un IBP indica la presencia de una enfermedad por reflujo o, expresado de otra manera: En caso de fracaso de una terapia con IBP a dosis altas, la presencia de una ERGE es bastante improbable. Sin embargo, la prueba de IBP solo es útil en síntomas que ya sugieren una enfermedad por reflujo, pero la endoscopia es simultáneamente normal. La prueba de IBP debe realizarse con dos o tres veces la dosis estándar recomendada para el tratamiento del reflujo durante al menos 2 semanas, ya que los episodios de reflujo también pueden variar de día a día sin terapia o solo ocurrir de manera intermitente.

    Gastroscopia: 

    El valor de una esofagogastroduodenoscopia en el marco del diagnóstico de reflujo es indiscutible y es obligatoria antes de una medida quirúrgica.

    Permite:

    • Diagnóstico de una esofagitis por reflujo y registro de su grado de severidad (también como control de evolución en el tratamiento de la esofagitis)
    • Diagnóstico de una hernia de hiato
    • Registro de complicaciones (estenosis, úlcera)
    • Exclusión de malignidad

    Una endoscopia temprana está indicada en síntomas inusualmente graves y síntomas de alarma como anemia, disfagia y pérdida de peso. La obtención de una histología es obligatoria en todas las anomalías macroscópicas.

    Como estructura guía sirve la llamada “línea Z” (transición del epitelio plano del esófago al epitelio cilíndrico del estómago), que normalmente se encuentra exactamente en el hiato. En una hernia axial, esta línea se desplaza cranealmente. Dependiendo de la distancia desde el paso diafragmático, se habla de una hernia pequeña (< 3cm) o grande (> 3cm).

    Las hernias de hiato grandes pueden llevar a hemorragias intraluminales por traumatización del estómago móvil. Puede haber ulceraciones lineales del estómago a la altura del hiato (lesiones de Cameron) con anemia crónica.

    En una hernia paraesofágica, la inversión endoscópica muestra la hernia junto al esófago no desplazado. Las hernias de hiato asintomáticas suelen ser hallazgos casuales.

    Una esofagitis por reflujo se clasifica siempre endoscópicamente antes de una terapia invasiva. Para ello, debe usarse la clasificación de Los Ángeles, véase punto 1 (Indicaciones).

    pH-metría esofágica de 24 horas: 

    La pH-metría esofágica de 24 horas es el estándar de oro para la objetivación del reflujo gastroesofágico.

    Se registran el ritmo circadiano de episodios de reflujo, actividades físicas, ingesta de alimentos y posiciones corporales. Una correlación de síntomas con los episodios de reflujo registrados mediante documentación del paciente aumenta la sensibilidad de la pH-metría.

    Puntuación de DeMeester: Sistema de evaluación para la cuantificación de episodios de reflujo gastroesofágico mediante una pH-metría de larga duración de 24 horas. La puntuación considera el valor de pH en el esófago distal, así como la frecuencia y la duración del reflujo. El parámetro más importante es el porcentaje de tiempo con un valor de pH < 4. Una puntuación de DeMeester ≥ 14,72 es patológica.

    Una pH-metría de 24 horas está indicada en:

    • Preoperatoriamente para la documentación de un reflujo patológico
    • Persistencia de síntomas de reflujo bajo medicación adecuada con IBP
    • En pacientes con “NERD” endoscópicamente normal (= Non Erosive Reflux Disease)
    • Sintomatología de reflujo recurrente después de cirugía antirreflujo

    En la pH-metría debe tenerse en cuenta que hasta en un 25 % de los pacientes con esofagitis por reflujo y alrededor del 30 % de los pacientes con NERD se determinan valores normales, lo que se debe a que incluso en una enfermedad por reflujo clara, la cantidad de reflujo puede variar de día a día.

    Manometría esofágica:

    Examen para el registro de la presión y los procesos funcionales del esófago en reposo y durante la deglución. Sirve para el diagnóstico de trastornos de la motilidad esofágica (tanto hipomotiles como hiperomotiles).

    Con la manometría esofágica se pueden registrar de manera segura la competencia del esfínter inferior (presión en reposo, longitud) y la motilidad tubular del esófago. El valor de la manometría para el diagnóstico primario de la ERGE es bajo, pero puede ser útil en casos individuales para la delimitación de otros trastornos de la motilidad del esófago (p. ej., acalasia).

    Se recomienda absolutamente en el marco de la evaluación preoperatoria y documentación con respecto a la selección del procedimiento quirúrgico. En caso de demostración de trastornos de la contracción tubular o una acalasia, una funduplicatura según Toupet o Nissen está contraindicada. 

    Procedimientos radiológicos:

    Los procedimientos radiológicos pueden apoyar el diagnóstico de una hernia de hiato o también otras cuestiones relevantes para la terapia.

    En la radiografía de tórax se puede demostrar una formación de nivel en el estómago herniado.

    Un examen con papilla de bario en el esófago puede contribuir a la aclaración diagnóstica adicional, especialmente para la demostración de una hernia de hiato y diferenciación del tipo de hernia, pero no tiene importancia para el diagnóstico de la enfermedad por reflujo. El reflujo es fisiológico, por lo que no se puede derivar un valor patológico de la representación radiológica. Además, el reflujo ocurre de manera intermitente y solo puede determinarse de manera segura mediante medición a largo plazo, no mediante una instantánea radiológica.

    Muchos cirujanos consideran útil la papilla de bario para visualizar la anatomía de la transición gastroesofágica antes de una operación planificada. También en la aclaración de problemas postoperatorios después de una funduplicatura, la papilla de bario es frecuentemente indispensable, ya que, p. ej., la disolución del manguito y un fenómeno de telescopio apenas pueden evaluarse endoscópicamente.

    Para una imagen completa, en cualquier caso, se utilizará adicionalmente una RM o TC, especialmente en hernias de tipo II-IV.

    La clasificación de Montreal de la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE)

    Desde 2006, las diferentes formas de manifestación de la ERGE se representan de manera ilustrativa mediante la llamada clasificación de Montreal.

    En primer lugar, la clasificación de Montreal proporciona una definición adecuada de la ERGEcomo reflujo de contenido gástrico hacia el esófago, que lleva a síntomas y / o complicaciones, que se manifiestanesofágicamente o extraesofágicamente. La enfermedad por reflujo se muestra muy heterogénea. Es decir, la enfermedad puede aparecer de manera muy diferente. El diagrama visualiza de manera clara el amplio espectro de problemas que pueden surgir en el esófago (esofágico) y en otros órganos adyacentes (extraesofágico) por reflujo.

    505-Montreal_Klassifikation

     

    En hernias de tipo II a IV, un reflujo clínicamente relevante no es el síntoma principal, sino fenómenos de incarceración del órgano herniado y trastornos de paso hasta el cierre completo del estómago. Aún más peligroso es un compromiso de la perfusión en las secciones herniadas con la posible aparición de necrosis y perforación consecutiva de órgano hueco.

  4. Preparación especial

    • Afeitado: Pezones hasta muslos
    • Nutrición preoperatoria: Dieta completa
    • PDK: no indicado
    • Antibiótico de dosis única con cefuroxima 1,5g intravenoso aprox. 30 minutos antes de la incisión cutánea.
    • Medias AT
    • Entrenamiento respiratorio en caso de EPOC o hernia de hiato grande concomitante
    • Comprobación y ajuste preoperatorio de la terapia con anticoagulantes:
      • La terapia perioperatoria con aspirina puede continuarse. 
      • Clopidogrel (inhibidor de ADP) debe pausarse al menos 5 días antes. 
      • Los antagonistas de la vitamina K deben pausarse 7-10 días bajo control del INR y ser „puenteados“ con una heparina de bajo peso molecular s.c.
      • NOAK (nuevos anticoagulantes orales) deben pausarse 2-3 días preoperatoriamente
      • En caso de riesgo muy alto de oclusión/accidente cerebrovascular, concepto terapéutico interdisciplinario respecto a la indicación de la anticoagulación, posibilidad del bridging con heparina y riesgo de sangrado operatorio.
  5. Información

    General:

    • Hemorragia / Hemorragia secundaria con administración de sangre ajena
    • Tromboembolia
    • Inserción de drenaje, inserción de DC
    • Conversión en caso de complicaciones
    • Posible necesidad de una revisión operatoria/intervencionista debido a una complicación
    • Infección de la herida / Absceso
    • Hernia del trocar

    Específicamente:

    • Lesiones del esófago / estómago
    • Lesión de estructuras adyacentes (bazo, páncreas, intestino delgado, colon, hígado, vesícula biliar)
    • Necesidad de una ampliación operatoria
    • Neumotórax
    • Disfagia postoperatoria
    • Síndrome de hinchazón por gas (incapacidad para eructar o vomitar; ¡Atención: También puede existir ya preoperatoriamente! ¡Anamnesis!)
    • Permanencia aumentada de aire en el tracto gastrointestinal
    • Síndrome de denervación por daño del nervio vago anterior o posterior (consecuencia: trastorno de vaciado gástrico, diarreas)
    • Ausencia de éxito (a pesar de indicación correcta y técnica operatoria)
    • Recidiva
  6. Anestesia

  7. Posicionamiento

    Posicionamiento
    • Posición de litotomía
    • Posicionamiento de ambos brazos
    • Colocación de un soporte lateral izquierdo
    • Posicionamiento de prueba antes de cubrir

    Después de introducir los trocares, se coloca al paciente en una posición anti-Trendelenburg (tronco superior elevado) y la mesa de operaciones se inclina ligeramente hacia la izquierda.

  8. Configuración OP

    Configuración OP
    • Operador: entre las piernas del paciente
    • 1. asistente: en el lado derecho del paciente a la altura del abdomen 
    • 2. asistente: en el lado derecho del paciente a la altura del abdomen 
    • Enfermera instrumentista: a la izquierda junto al 1. asistente
    • Monitor: a la altura del hombro derecho del paciente
  9. Instrumentos especiales y sistemas de sujeción

    Instrumentos básicos para la laparoscopia

    • Pinzas de agarre laparoscópicas e instrumentos de sutura
    • Disector ultrasónico
    • Cinchas de plástico para la ligadura del esófago inferior
    • Tubo gástrico Ch. 40 como bujía de calibración
    • Material de sutura no reabsorbible para hiatoplastia y fundoplicatura (preparado industrialmente con empujador de nudos y almohadilla de fieltro para nudo de verdugo)
    • Malla reabsorbible para la augmentación de la hiatoplastia
    • Grapadoras reabsorbibles para la fijación de la malla
    • Drenaje objetivo (Drenaje Blake)

    Trócares (en el ejemplo de la película)

    • 1x trócar óptico de 10 mm
    • 4x trócares de trabajo de 5 mm
  10. Tratamiento postoperatorio

    Analgesia postoperatoria: Los antiinflamatorios no esteroideos suelen ser suficientes, en caso necesario se puede aumentar con analgésicos opioides
    Siga aquí el enlace a PROSPECT (Procedures Specific Postoperative Pain Management)
    Siga aquí el enlace a las directrices actuales: Tratamiento de dolores agudos perioperatorios y postraumáticos.

    seguimiento médico:

    Retirar la sonda gástrica y el catéter al final de la operación.

    Se debe evitar la actividad física pesada que cargue el diafragma y el esfuerzo al defecar durante al menos 4 a 6 semanas después de la primera intervención y 6 a 8 semanas después de una intervención repetida.

    Profilaxis de trombosis: en ausencia de contraindicaciones, debido al riesgo medio de tromboembolia (intervención operatoria > 30min de duración), además de medidas físicas, se debe administrar heparina de bajo peso molecular en dosis profiláctica, posiblemente adaptada al peso o al riesgo de disposición, hasta alcanzar la movilización completa.
    A tener en cuenta: función renal, HIT II (anamnesis, control de plaquetas)
    Siga aquí el enlace a las directrices actuales: Profilaxis de la tromboembolia venosa (TEV).

    Movilización: Movilización temprana aún en la noche de la operación. Reanudación rápida y gradual de la carga física.

    Fisioterapia: no requerida en caso necesario.Entrenamiento respiratorio

    Aumento de la dieta: más de 4 días con inicialmente dieta líquida, luego papilla y posteriormente dieta sólida

    Regulación de las heces: ninguna

    Incapacidad laboral: aprox. 2 semanas