La reconstrucción de la pared abdominal en hernias incisionales complejas o en presencia de un laparostoma representa un desafío particular. Un „loss of domain“ representa la forma extrema de un desplazamiento de volumen de las vísceras.
Como hernias complejas se consideran las hernias de la pared abdominal con anchuras de defecto de más de 10 cm, la recurrencia de hernia incisional después de la implantación de malla (herniación en el borde de la malla, desgarro de la malla, ruptura de la malla), hernias después de transferencia de colgajo (denervación, defectos de elevación) y recurrencias múltiples.
El defecto de la pared abdominal después de un laparostoma representa una situación especial. Aquí nunca se ha producido un cierre de la pared abdominal. Lo que complica la situación es que en el área del defecto de la pared abdominal no hay más cutis natural, sino un injerto de piel dividida. Tampoco hay un saco herniario útil para la reconstrucción. El cierre de la piel puede representar un problema adicional.
En principio, la indicación para la reparación también de una hernia compleja está dada. A los pacientes les faltan elementos estabilizadores ventrales de la musculatura del tronco. Los pacientes con tales paredes abdominales inestables se quejan de problemas posturales con dolores de espalda. Las actividades físicamente exigentes y el deporte están fuertemente limitados hasta imposibles. Una pared abdominal ventral intacta es de gran importancia para procesos fisiológicos como la respiración y la defecación.
Además, el defecto de la pared abdominal y el volumen de órganos extraabdominal se agrandarán aún más. La reconstrucción de la pared abdominal se realiza en última instancia para evitar una morbilidad creciente.
Para lograr un cierre fascial en la línea media en estas hernias, generalmente se requiere una separación de componentes de la pared abdominal.
Con la separación de componentes anterior aquí presentada („Ramirez“) se pueden cerrar defectos en la línea media con una anchura de periumbilical hasta 20 cm, epigástrica hasta 8 cm y suprapúbica hasta 6 cm de diámetro mediante la separación de partes de la pared abdominal lateral. La técnica permite un cierre sin tensión con una pared abdominal dinámicamente competente.
Debido a la disección de gran superficie del tejido subcutáneo con el riesgo de destruir vasos perforantes (suministro de sangre del tejido subcutáneo y la piel a través de los vasos epigástricos profundos) y la alta tasa resultante de trastornos de la cicatrización de heridas, hematomas y seromas, esta técnica se considera actualmente solo como un procedimiento de segunda elección. Se prefiere la separación de componentes posterior, que conduce a una liberación en el área del M. transversus, además se puede extender el lecho de la malla lateralmente, dorsalmente y retrocostalmente.
La reconstrucción según Ramirez se describió en el trabajo original sin una augmentación con malla. Los resultados de la literatura favorecen la implantación simultánea de una malla retromuscular.
En el caso demostrado, después de una perforación del intestino delgado y peritonitis, se produjo un defecto monstruoso de la pared abdominal de 20 cm de anchura. El defecto se extiende desde subxifoideo hasta la sínfisis y se cierra mediante una plástica de la pared abdominal con separación de componentes y augmentación con malla subfascial.

