Perioperatives Management - Duodenohemipancreatectomía con anastomosis de Blumgart y separación bilio-pancreática

  1. Indicaciones

    La resección de la cabeza del páncreas preservando el píloro según Traverso-Longmire se considera el estándar actual para tumores malignos de la cabeza del páncreas.

    A pesar del pronóstico general pobre de estos tumores, la operación representa el único procedimiento potencialmente curativo.

    En principio, en caso de malignomas o sospecha suficiente de malignidad, la indicación para la resección de la cabeza del páncreas existe siempre que, pre e intraoperatoriamente, al menos exista la perspectiva de resecar el tumor in toto, y al mismo tiempo el paciente se encuentre en un estado general suficiente para esta intervención.

    El tumor maligno más frecuente del páncreas es el adenocarcinoma ductal (85 %), en el 65 % de los casos afecta la cabeza del páncreas.

    Otras indicaciones:

    • carcinoma distal del conducto biliar/carcinoma de la papila
    • carcinoma duodenal
    • adenomas grandes de la papila o cercanos a la papila en el duodeno
    • tumores benignos/quísticos de la cabeza del páncreas
      • neoplasia quística mucinosa (> 3 cm)
      • neoplasia sólida pseudopapilar
      • neoplasia intraductal papilar mucinosa (excepto IPMN de conducto secundario < 2 cm)
    • pancreatitis crónica con complicaciones, especialmente con estenosis distal del conducto biliar
    • los llamados casos de «dilema» (cuando la imagen y la clínica no diferencian con seguridad entre tumor inflamatorio y maligno de la cabeza del páncreas)
    • gastrinomas hereditarios en la enfermedad MEN-1 (gastrinomas duodenales múltiples)
    • metástasis en la cabeza del páncreas

    La diferencia esencial con la operación clásica de Kausch-Whipple consiste en la preservación del estómago con su suministro neurovascular. En cuanto a mortalidad, morbilidad y radicalidad oncológica, no existe diferencia entre ambos procedimientos. Lo que limita una resección R0 no es el margen de corte del estómago, sino el del páncreas dorsal retroperitoneal.

    La ventaja del método preservando el píloro es un menor tiempo operatorio y una menor pérdida de sangre. Además, los pacientes con preservación del vaciado gástrico fisiológico presentan una mejor función en cuanto a resorción, utilización de alimentos y ganancia de peso postoperatoria.

    En caso de infiltración de grandes venas (vena mesentérica superior, vena esplénica o vena porta), se debe aspirar a la resección, si es necesario con reconstrucción vascular, ya que el diagnóstico preoperatorio suele no diferenciar entre adhesión inflamatoria e infiltración tumoral. Los pacientes parecen beneficiarse de una resección vascular si se logra una resección R0.

    La resección de arterias viscerales es una decisión individual para lograr una resección R0 con una situación de estudios actualmente insuficiente.

    La indicación para la resección la establece el cirujano poco después del diagnóstico, especialmente si se trata de un hallazgo potencialmente resecable en pacientes ictéricos. Solo en pacientes con complicaciones secundarias manifiestas de la ictericia (coagulación plasmática descontrolada, alteración de la síntesis hepática, defensa celular reducida, colangitis purulenta) se debe considerar un drenaje biliar endoscópico preoperatorio para ganar tiempo y crear una mejor situación inicial para la operación. En todos los demás casos, se evita un drenaje biliar preoperatorio, ya sea TPCD (transpapilar) o PTCD (percutáneo-transhepático) debido al aumento de la morbilidad postoperatoria.

    En la indicación, la comorbilidad es otro factor esencial. Los pacientes con enfermedades cardiovasculares graves concomitantes tienen un riesgo operatorio claramente aumentado. Una edad avanzada per se ya no representa una contraindicación para la resección de la cabeza del páncreas.

    En tumores localmente avanzados con resecabilidad dudosa, se puede intentar una radioterapia-quimioterapia neoadyuvante (posiblemente en estudios) para aún permitir una resección con enfoque curativo.

    La linfadenectomía abarca los ganglios linfáticos regionales en el duodeno y la cabeza del páncreas. Una extensión más allá no conduce a una mejora de la supervivencia. Por lo tanto, una disección extendida de ganglios linfáticos es controvertida debido a una tasa de complicaciones aumentada. Mediante la esqueletización vascular a lo largo de la aorta y la arteria mesentérica superior con remoción del tejido nervioso, pueden resultar trastornos persistentes del vaciado gástrico y diarreas graves con malnutrición.

    En el caso demostrado se trata de la resección oncológica de un carcinoma de la papila.

  2. Contraindicaciones

    • Malignomas de la cabeza del páncreas con infiltración proximal de la A. mesentérica superior o del tronco celíaco
    • tumor localmente no resecable con infiltración de la raíz mesentérica
    • en metástasis a distancia no resecables
    • trombosis de la vena porta u otras enfermedades con circulaciones venosas de derivación pronunciadas (cirrosis hepática).
    • Pacientes con enfermedades cardiovasculares concomitantes graves, para los que solo la anestesia ya representa un riesgo (p. ej. constelación NYHA III con estenosis carotídeas de alto grado)
  3. Diagnóstico preoperatorio

    Anamnesis/hallazgo clínico:

    • ningún síntoma guía característico, inespecífico con pérdida de apetito, sensación de saciedad, trastornos digestivos, pérdida de peso.
    • ictericia indolora en tumores de la cabeza del páncreas
    • molestias en el abdomen superior y la espalda en localización en el cuerpo/área de la cola
    • Diabetes mellitus de nueva aparición
    • Colestasis, colangitis, pancreatitis obstructiva, signo de Courvoisier (vesícula biliar palpable agrandada, tensa y elástica), tumor palpable, operaciones previas

    Diagnóstico de laboratorio:

    • HB, PCR, glicemia, oGTT (prueba de tolerancia oral a la glucosa), lipasa/amilasa en suero
    • Marcador tumoral CA 19-9 (predictor independiente de una peor supervivencia global)
    • CEA (especialmente de punción de quiste obtenida por endosonografía)
    • Genética: PRSS1, SPINK1, PSTI, CFTR (en pacientes jóvenes para descartar un origen hereditario – indicación estricta, ¡ya que es costosa!)

    Diagnóstico por imagen

    El diagnóstico de un tumor de la cabeza del páncreas se basa en la detección de cambios morfológicos mediante procedimientos de imagen. El laboratorio, la endoscopia y la biopsia juegan un papel secundario. Con mayor frecuencia se utiliza la TC, cada vez más también la RM con CPRE. La diferenciación preoperatoria puede ser difícil y no rara vez solo se puede establecer intraoperatoriamente o incluso solo mediante la histología definitiva de la pieza.

    • Ecografía transcutánea: Diagnóstico básico con buena representación no invasiva del parénquima pancreático, también se puede detectar una dilatación del conducto pancreático. Evaluación adicional del sistema de la vena porta mediante ecografía Doppler en color. Los medios de contraste ecográficos pueden contribuir al diagnóstico diferencial inflamatorio – tumoral, tumor quístico - seudoquiste. Además, detección de colestasis, colecistolitiasis, metástasis hepáticas, ascitis.
    • TC o RM: Refuerzo de la sospecha de tumor, evaluación de la resecabilidad local (infiltración vascular), metástasis a distancia (hígado), vascularización del hígado/abdomen superior (p. ej., anomalías como arteria hepática derecha atípica), calcificaciones en el páncreas, pancreatolitiasis, ascitis.

    Una representación del sistema de conductos biliares o pancreáticos  solo es necesaria en casos dudosos. Para ello son adecuadas la CPRE y la CRM. En este caso, el „signo del doble conducto“ (estenosis/interrupción simultánea del D. pancreaticus y D. choledochus) se considera patognomónico de un carcinoma.

    • CRM (colangiopancreatografía por resonancia magnética) : Representación no invasiva del sistema de conductos biliares y pancreáticos. Más sensible que la CPRE en la detección de cambios sólidos en la pared (los llamados „nódulos murales“)
    • CPRE: Debido a las posibles complicaciones (pancreatitis, hemorragia, perforación) posiblemente solo en intervenciones terapéuticas, de lo contrario CRM o EUS.
    • Alivio intervencionista del sistema de conductos biliares solo en irresecabilidad o retraso de la OP, de lo contrario intervención quirúrgica inmediata
    • Ecografía endoscópica (EUS): Masa en la cabeza del páncreas, determinación de la extensión tumoral local y evaluación de los ganglios linfáticos locales (ganglios linfáticos > 1 cm son sospechosos de malignidad), en su caso con punción (aspiración con aguja fina de líquido quístico) y biopsia.
    • Descartar metástasis pulmonares mediante TC torácica.

    Gastroduodenoscopia:

    • en carcinoma de la papila posible confirmación histológica
    • Descartar o extensión de pólipos duodenales en preservación gástrica
    • secreción transpapilar de moco viscoso altamente sospechosa de IPMN

    Una confirmación histológica del tumor no es necesaria preoperatoriamente en caso de sospecha tumoral suficiente, sin embargo, antes del inicio de una radioterapia quimioterapéutica neoadyuvante o quimioterapia paliativa en estadio metastásico.

  4. Preparación especial

    • Determinación del grupo sanguíneo
    • Provisión de 4 concentrados de eritrocitos cruzados
    • pacientes ictéricos: administración parenteral de vitamina K durante 2-3 días preoperatoriamente independientemente de los valores de coagulación.
    • solo en pacientes con complicaciones secundarias manifiestas de la ictericia (coagulación plasmática descontrolada, trastorno de la síntesis hepática, defensa celular reducida) drenaje biliar endoscópico preoperatorio
    • Estenosis de la salida gástrica: sonda gástrica preoperatoria
  5. Información al paciente

    Intervención con consecuencias graves, por lo tanto, prestar especial atención al plazo de información (> 24h; mejor informar ya en la conversación inicial).
    Siempre con dibujo de la OP para ilustrar la anatomía postoperatoria! 

    Estados consecuentes de la intervención:

    General

    • Trastorno de la cicatrización de la herida
    • Tromboembolia
    • Neumonía
    • Fístula linfática
    • Lesión de estructuras adyacentes (intestino, vasos, nervios, otros órganos)
    • Ampliación de la OP según criterio del operador
    • Intervenciones posteriores
    • Tratamiento intensivo a largo plazo en caso de complicaciones
    • Hemorragia/hemorragia secundaria: transfusiones de sangre ajena necesarias en aprox. 50%

    Específico

    • Fístula pancreática
    • Trastorno del vaciado gástrico
    • Fuga biliar/bilioma
    • Insuficiencia/estenosis de la anastomosis
    • Necrosis del remanente pancreático
    • Insuficiencia pancreática endo- y exocrina, posiblemente con cambio de alimentación asociado
    • Diabetes mellitus insulinodependiente (de por vida)
    • Úlceras pépticas yeyunales
    • Episodios de colangitis en anastomosis biliodigestiva
  6. Anestesia

    • Anestesia con intubación
    • Catéter venoso central
    • Medición de la presión arterial
    • Administración restrictiva de volumen intraoperatorio (3 anastomosis, duración prolongada de la intervención con 4-6 h)
    • Sonda nasogástrica
    • Catéter vesical de permanencia
    • Profilaxis antibiótica perioperatoria
    • Administración de octreótido
    • Analgesia intra y postoperatoria con Catéter peridural
  7. Posicionamiento

    Posicionamiento
    • Posición supina
    • brazo izquierdo abducido
    • brazo derecho aducido
  8. Configuración del quirófano

    Configuración del quirófano
    • Cirujano a la derecha del paciente
    • Asistente a la izquierda del paciente
    • Asistente a la derecha, hacia la cabeza del cirujano
    • Enfermera instrumentista de quirófano a la izquierda, hacia los pies del 1. asistente
  9. Instrumentos especiales y sistemas de sujeción

    Además del instrumental básico de cirugía abdominal, se necesita el siguiente equipo adicional:

    • Sistema de ganchos de tracción por cable
    • Dispositivos de corte con grapas
    • Colador para bilis y vasos
    • Lazos vasculares
    • Cortadores lineales con diferentes longitudes de cargador para el cierre del muñón duodenal y la transección de las asas yeyunales
    • Instrumento de sellado basado en diatermia o ultrasonido
    • Ayudas para el sellado vascular. En el caso demostrado, se utiliza un hemostático en forma de polvo:
      • Se trata de un polvo listo para usar hecho de extractos vegetales polimerizados.
      • El producto es biocompatible y no contiene componentes animales ni humanos.
      • Es aplicable tanto en hemorragias difusas como activas.
      • El material completamente reabsorbible acelera la coagulación sanguínea natural (hemostasia) gracias a su extremadamente alta capacidad de absorción de agua.
      • Se produce una acumulación de fibrina, trombina y glóbulos rojos en la fuente de sangrado. Se forma un coágulo propio del cuerpo y se detiene la hemorragia. Después de la hemostasia, la herida está rodeada por una capa de gel estable y firmemente adherida. Esta sirve como barrera adicional para proteger contra una nueva salida de sangre.
      • Estudios independientes muestran también que el uso de polvos hemostáticos basados en plantas (polisacáridos) contribuye a la reducción de adherencias postoperatorias.
      • Dentro de 48 horas, es completamente degradado por la amilasa en el cuerpo.
  10. Tratamiento postoperatorio

    Analgesia postoperatoria:

    Terapia del dolor mediante catéter peridural hasta el 3.º-6.º día postoperatorio. Después, cambio a analgesia oral según el esquema establecido del hospital.
    Siga aquí el enlace a PROSPECT (Procedures Specific Postoperative Pain Management).
    Siga aquí el enlace a la guía actual Tratamiento de dolores agudos perioperatorios y postraumáticos.

    Tratamiento médico posterior:

    • Al menos 1 noche de vigilancia en cuidados intensivos, por regla general sin ventilación posterior.
    • Antibióticos perioperatorios 48 – 72 horas postoperatorias: Inicio de los antibióticos perioperatorios con la inducción de la anestesia, p. ej. combinación de cefalosporina de 2.ª generación y metronidazol i.v.; en caso de alergia a la penicilina, en lugar de cefalosporina, ciprofloxacino 200 mg 1-0-1.
    • Se discute de manera controvertida el uso profiláctico perioperatorio de somatostatina o sus análogos para prevenir fugas de la anastomosis pancreática. Si se usa, entonces en páncreas «blando»: comenzar intraoperatoriamente temprano (dosis única s.c. 100 µg) y durante cinco días postoperatorios (s.c. 3 × 100 µg).
    • La sonda gástrica se retira regularmente el 1.er día postoperatorio.
    • Los accesos centrales y el catéter vesical deben retirarse en caso de evolución sin complicaciones hasta el 3.er día postoperatorio.
    • Determinación de amilasa, lipasa y bilirrubina en la secreción de drenaje, retirada de los drenajes según la cantidad de secreción y los valores mencionados alrededor del 6.º – 9.º día postoperatorio.
    • Perfiles diarios de glucemia durante la estancia hospitalaria; en caso de valores patológicos, asesoramiento sobre diabetes.
    • Sustitución de enzimas pancreáticas y asesoramiento nutricional
    • Profilaxis con IBP: inicialmente i.v., luego p.o. más allá del alta.
    • Terapia de infusión postoperatoria y nutrición parenteral interrumpir a más tardar a partir del 6.º día postoperatorio y retirar el CVC.
    • Duración de la estancia en la planta periférica 10 – 14 días (muy variable individualmente)

    Profilaxis de trombosis:

    En ausencia de contraindicaciones, debido al alto riesgo de tromboembolia (gran intervención abdominal operatoria en malignidad), además de medidas físicas, se debe administrar heparina de bajo peso molecular en dosis profiláctica, posiblemente adaptada al peso o al riesgo de disposición, hasta alcanzar la movilización completa. Se discute la continuación de la profilaxis medicamentosa de tromboembolia por ej. 6 semanas.
    A tener en cuenta: función renal, HIT II (anamnesis, control de plaquetas).

    Siga aquí el enlace a la guía actual Profilaxis de la tromboembolia venosa (TEV).

    Movilización:

    • Movilización temprana el día de la OP por la tarde.

    Gimnasia terapéutica:

    • Profilaxis de neumonía (gimnasia terapéutica, ejercicios respiratorios)

    Aumento de la dieta

    • Comenzando el 1.er y 2.º día postoperatorio con té y agua
    • A partir del 3.er día postoperatorio, aumento cauteloso de la dieta hasta el 6.º – 9.º día bajo sustitución de enzimas pancreáticas
    • Si es necesario, a partir del 3.er día postoperatorio 1x enema
    • Sirup de lactulosa o macrogol p.o.

    Incapacidad laboral

    • muy individual
    • también dependiendo de medidas terapéuticas adicionales, p. ej. quimioterapia
    • En general, se debe mantener un reposo físico durante 2 – 3 meses.