La operación STARR está respaldada por numerosos estudios, en parte prospectivos y aleatorizados, en su eficacia para el tratamiento del ODS. Los resultados funcionales en cuanto a una mejora de la constipación después de un año y en el seguimiento a largo plazo (hasta 68 meses) muestran una respuesta de hasta el 90% con una tasa de recidiva del 5–18 %. En resumen, la operación STARR representa un procedimiento quirúrgico bien evaluado para el tratamiento de un ODS refractario al tratamiento conservador, con una alta tasa de respuesta primaria, una morbilidad aceptable y un efecto a largo plazo aparentemente estable.
Jayne (2) presentó los resultados del registro europeo STARR (base de datos en línea, no aleatorizada, prospectiva y multicéntrica en Italia, Gran Bretaña y Alemania) con 2838 pacientes registrados, de los cuales 2224 tenían un seguimiento mínimo de 12 meses. Desafortunadamente, el valor del estudio está limitado porque solo en el 41 por ciento de los pacientes se disponía de un conjunto completo de datos de resultados funcionales después de 12 meses.
Se pudo demostrar que la operación STARR estaba asociada con una reducción significativa de la constipación y una mejora de la calidad de vida general y específica de los síntomas. Al mismo tiempo, la morbilidad de complicaciones graves era razonablemente baja y la letalidad del 0%. Es notable que la tasa general de complicaciones sigue siendo bastante alta, del 36 por ciento. En primer lugar, se encuentra la proporción relativamente alta del 20 por ciento de pacientes con incontinencia de urgencia y el siete por ciento con dolores persistentes. Resultados similares se indican también en la evaluación del registro alemán STARR <3. Bajo criterios de selección adecuados y en centros especializados, se pueden lograr resultados más favorables [4, 14]. Los datos a largo plazo están disponibles actualmente en un grado limitado. En un seguimiento a largo plazo de 24 a 68 meses, resulta en cuanto a la constipación un efecto en gran medida estable con una tasa de recidiva del 5–18,7 % [1,15,16,17,18,19].
En el año 2007 se introdujo como desarrollo posterior la resección con el Contour-TRANSTAR. La ventaja de este nuevo dispositivo de grapado radica en la posibilidad de realizar una resección de la pared rectal de mayor superficie, aunque actualmente falta la prueba de que una mayor superficie de resección esté asociada con mejores resultados. Un estudio comparativo de ambos procedimientos muestra, en un seguimiento de 12 meses, un éxito terapéutico del 89 por ciento en el grupo STARR y del 81 por ciento en el grupo Contour-TRANSTAR (4). También hay que tener en cuenta una tasa de reexamen de solo el 58 por ciento de los pacientes después de 12 meses, por lo que las afirmaciones deben clasificarse con restricciones. Otras estudios comparativos llegan a la misma conclusión, que funcionalmente tampoco pudieron demostrar ninguna diferencia con la operación STARR [5,12]. Hasta la fecha, no se ha demostrado una clara ventaja para el procedimiento más nuevo.
Los resultados de la rectopexia abdominal en la obstrucción de salida son diferentes. Los mejores éxitos se logran aparentemente mediante una rectopexia con resección y fijación por sutura [6,7,8,9]. Sin embargo, la indicación debe establecerse de manera extremadamente crítica, ya que estos procedimientos, en el contexto de un trastorno funcional, están asociados con una tasa de morbilidad considerable y en la literatura también se describen con frecuencia empeoramientos del cuadro clínico.
En cualquier caso, antes de posibles intervenciones quirúrgicas, se deben agotar básicamente
opciones de terapia conservadora (10). En este sentido, hay que tener en cuenta que la terapia de biofeedback, por principio, no puede influir causalmente ni en una intususcepción rectal ni en una rectocele. Además, en la comparación prospectiva y aleatorizada, es inferior a la operación STARR (11).
No constituyen una contraindicación para el procedimiento la detección de una enterocele o una incontinencia fecal manifiesta. Los estudios demuestran en pacientes con enterocele una muy buena respuesta a la operación STARR en cuanto a la mejora de la constipación (12). En pacientes con ODS e incontinencia fecal manifiesta coincidente, el rendimiento de la continencia mejora solo con la operación STARR en hasta el 50 % de los casos (13).
Es predictivo para una constipación postoperatoria mejorada la detección de una intususcepción y/o rectocele. En cambio, es desfavorable en cuanto a una incontinencia fecal nueva el hallazgo preoperatorio de un descenso pronunciado del suelo pélvico en reposo, una presión de cierre baja y un diámetro rectal pequeño. Estos hallazgos son de importancia decisiva para una selección sensata de pacientes(20).