Las fugas en el tracto gastrointestinal surgen después de intervenciones quirúrgicas con anastomosis, pero también después de intervenciones endoscópicas como dilataciones o ablaciones de precursores tumorales o carcinomas tempranos mediante resección endoscópica de la mucosa o disección submucosa. El riesgo de una fuga postoperatoria aumenta debido al uso cada vez mayor de conceptos terapéuticos neoadyuvantes en carcinomas de esófago, estómago y recto.
Las anastomosis esofágicas se realizan para la reconstrucción después de resecciones esofágicas y gastrectomías extendidas transhiatal. La tasa de insuficiencia en las anastomosis esofágicas se indica en la literatura entre 0 y 30 por ciento, con tasas de mortalidad de hasta 50 por ciento. Principalmente responsable de los cursos letales es, tanto en insuficiencias de anastomosis como en perforaciones, el desarrollo de una mediastinitis con el cuadro clínico séptico más grave.
