- Hemorragias del mesenterio y formación de hematomas en el mesenterio. Aquí se debe tratar la hemorragia con una punción adicional más profunda. Posteriormente, se debe prestar atención cuidadosa a si los extremos intestinales a anastomosar todavía están adecuadamente perfundidos, en caso necesario se debe realizar una resección adicional.
- Una contaminación masiva por salida de heces debe evitarse en la medida de lo posible. Para ello, se pueden colocar pinzas intestinales suaves en los extremos intestinales, y se debe utilizar una cobertura húmeda.
- Las hemorragias de la línea de grapas se pueden tratar con una sutura continua o suturas de puntos individuales.
- En caso de rotura del hilo durante la anastomosis, la sutura debe volver a colocarse de nuevo o colocarse y anudarse un hilo nuevo.
-
Complicaciones intraoperatorias
-
Complicaciones postoperatorias
- Extremadamente rara es la insuficiencia anastomótica en las anastomosis del intestino delgado, ya que estas en general cicatrizan de manera excelente. La profilaxis consiste en utilizar una técnica sutil y asegurarse de que la anastomosis esté excelentemente perfundida y estanca. Una insuficiencia debida a errores técnicos se hace aparente de manera típica alrededor del 2.º – 3.º día, en trastornos de la cicatrización alrededor del 5.º – 7.º día. Aquí son llamativos un trastorno del paso/íleo y parámetros inflamatorios altos en el laboratorio, así como temperaturas sépticas y, naturalmente, una tensión defensiva clínicamente detectable y peritonismo. Aquí finalmente debe realizarse una relaparotomía inmediata, y la insuficiencia debe controlarse con la colocación temporal de un estoma. Solo en casos excepcionales debería realizarse una sobrehilvanación de la anastomosis o reanastomosis. ¡En estos últimos procedimientos, por regla general, las perspectivas de curación son bajas y el riesgo de una nueva insuficiencia es considerable!
- Como otras complicaciones pueden ocurrir hemorragias posteriores o infecciones intraabdominales o en el área de la herida. Estas deben controlarse mediante drenajes correspondientes o, en caso de hemorragias posteriores, mediante relaparotomía inmediata. ¡Deben reconocerse mediante el monitoreo de los parámetros circulatorios y mediante controles de laboratorio!