- Perforación uterina: Detención inmediata de la intervención. Control por ultrasonido para confirmar la perforación. En casos leves puede realizarse una vigilancia conservadora; en lesiones extensas o sospecha de lesión de órganos adyacentes (p. ej., intestino, vejiga) es necesario una laparoscopia o laparotomía inmediata.
- Desgarro cervical (laceración cervical): Un desgarro del cuello uterino, generalmente por la introducción de instrumentos con dilatación insuficiente. Hemostasia inmediata mediante sutura de la laceración cervical. En desgarros graves puede ser necesario una coagulación electroquirúrgica. En desgarros con sangrado intenso debe colocarse eventualmente un tampón.
- Sangrado intenso: Hemostasia local mediante la aplicación de agentes hemostáticos (p. ej., solución de adrenalina) o electrocoagulación. En sangrado incontrolable puede colocarse un tampón o en casos graves ser necesario una histerectomía de emergencia.
- Sobrecarga de líquidos (síndrome TUR): Ocurre por la reabsorción de líquido de irrigación, especialmente con el uso de líquidos libres de electrolitos. Interrupción inmediata del suministro de líquidos, monitorización de los parámetros vitales y electrolitos. Tratamiento de los trastornos electrolíticos y sobrecarga de líquidos (p. ej., hiponatremia) con medicamentos adecuados y diuréticos.
- Rotura de instrumento: Extracción inmediata de la parte del instrumento rota bajo control visual. En caso de cuerpos extraños restantes en el útero puede ser necesario una histeroscopia o laparoscopia adicional.
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Complicaciones intraoperatorias
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Complicaciones postoperatorias
- Infecciones postoperatorias, como endometritis o enfermedad inflamatoria pélvica (EIP): Administración temprana de antibióticos de amplio espectro. En caso de sospecha de una infección más grave, puede ser necesario el ingreso hospitalario para terapia antibiótica intravenosa. En casos graves, puede ser necesario el drenaje de abscesos o un legrado repetido.
- Hemorragia postoperatoria: Vigilancia de la hemorragia, en su caso, legrado repetido para la eliminación de tejido remanente o coágulos sanguíneos. En caso de hemorragia persistente, puede ser necesario el uso de medicamentos uterotónicos o un taponamiento.
- Adherencias intrauterinas (síndrome de Asherman): Formación de tejido cicatricial en la cavidad uterina, lo que puede llevar a trastornos menstruales y problemas de fertilidad. En caso de sospecha de adherencias, se puede realizar una histeroscopia diagnóstica para disolver las adherencias. En casos graves, se puede emplear una terapia hormonal a largo plazo (p. ej., estrógenos) para promover la regeneración del endometrio.
- Atonía uterina: Contracción insuficiente del útero después de la intervención, lo que lleva a hemorragias persistentes. Administración de medicamentos uterotónicos (p. ej., oxitocina, metilergometrina (retirada del mercado)) para promover la contracción uterina. En casos graves, puede ser necesario una compresión intrauterina con balón o una intervención quirúrgica.
- Dolores: Administración de analgésicos, según la gravedad del dolor (AINE, opioides). En caso de dolores intensos que puedan indicar una complicación (p. ej., hematometra, infección), es necesario un nuevo examen médico.
- Hematometra: Acumulación de sangre en la cavidad uterina debido a un cierre cervical después de la abrasión. Evacuación inmediata de la sangre mediante dilatación del canal cervical y, en su caso, legrado repetido. La paciente debe ser vigilada para detectar otros signos, a fin de prevenir una recurrencia.