Lesión del intestino delgado y grueso: Casi todas las lesiones pueden suturarse inmediatamente con la técnica habitual. Para ello se utiliza mejor material de sutura atraumático de 3-0 o 4-0.
Si el intestino alrededor de la lesión no es móvil, al coser se produce una tensión fuerte en la sutura. Por lo tanto, el intestino debe movilizarse suficientemente antes de la sutura.
Defectos mayores requieren posiblemente una resección segmentaria.
Desvascularización: En adhesiones extensas puede haber lesiones/hemorragias en el área del mesenterio. Esto puede llevar a un trastorno de la perfusión del segmento intestinal afectado. En caso de duda, aquí es necesario la resección segmentaria.
Hemorragias difusas: La lisis de adherencias tiene, dependiendo de la extensión, la formación de una enorme superficie de herida como consecuencia. Incluso con la preparación más sutil, hay sangrado difuso de todos los cuadrantes. Mediante taponamiento con paños abdominales y espera, las hemorragias superficiales se detienen por sí solas, solo las hemorragias más fuertes deben entonces ligarse selectivamente o coagularse.
Adherencias con el hígado: La separación del intestino y del omento del borde inferior del hígado lleva habitualmente a una deserosación más o menos extensa del órgano con correspondiente tendencia a hemorragia. Realmente basta aquí con el taponamiento temporal con un paño abdominal húmedo, posiblemente chorro de spray o un hemostático.
Consejo: Dado que la mayoría de los pacientes con adherencias han sido operados previamente, el cirujano debería, si es posible, estudiar preoperatoriamente los informes de operaciones antiguos, para hacerse una idea aproximada del situs esperado, ya que
en parte la anatomía está considerablemente alterada por las intervenciones previas.