Gestión perioperatoria - Resección hepática central (Mesohepatectomía) en tumor de Klatskin

  1. Indicaciones

    El carcinoma de conducto biliar perihilar/central (tumor de Klatskin) se origina en la bifurcación extrahepática del conducto biliar. Debido a la casi ausencia de capa muscular de los conductos biliares, se produce tempranamente una invasión en el parénquima hepático o también en la vena porta.

    La única posibilidad de tratamiento curativo es la resección radical R0, que solo se puede lograr mediante una resección en bloque de los conductos biliares, la bifurcación del conducto biliar con resección hepática. En esto, la evaluación de la resecabilidad y el desarrollo de una estrategia de resección adecuada son de la mayor importancia debido a la estrecha relación anatómica posicional con la bifurcación de la vena porta y las arterias hepáticas.

    Los enfoques curativos en etapas avanzadas suelen ir acompañados de una pérdida significativa de parénquima hepático y representan un desafío para la cirugía, la anestesia y la medicina intensiva.

    Una resección aislada del sistema de conductos biliares extrahepáticos (la llamada „resección de hilio aislada“) no puede considerarse un procedimiento curativo. Como consecuencia, hay tasas de recidiva local del 70-90 % y casi ninguna supervivencia a largo plazo. Predestinados para recidivas locales son los conductos biliares del lóbulo caudado (segmento 1), que regularmente desembocan cerca de la bifurcación del conducto biliar.

    Para lograr un margen de seguridad suficiente, siempre es necesaria una resección en bloque simultánea de las porciones centrales del hígado junto con el sistema de conductos biliares. Esto incluye el lóbulo caudado así como las porciones cercanas al hilio de los segmentos 4,5 y 8. Lograr un margen de seguridad proximal y lateral es a menudo problemático debido al crecimiento infiltrante difuso a lo largo de los conductos biliares y las vainas perineurales.

    Hasta ahora, se han establecido como procedimientos estándar las hemihepatectomías extendidas, donde en los procedimientos del lado derecho se requiere la llamada resección en bloque hiliar con inclusión de la bifurcación de la vena porta. En los procedimientos del lado izquierdo, debido al curso de la arteria hepática derecha generalmente dorsal al conducto biliar, debe prepararse, por lo que una resección general de la vena porta no está indicada aquí.

    En una situación inoperable por razones técnicas o irresecabilidad funcional, el trasplante de hígado representa una opción, aunque con resultados pobres hasta ahora y una escasez flagrante de órganos. Resultados mejorados están disponibles para pacientes seleccionados en un programa de tratamiento multimodal.

    Para estas resecciones hepáticas extensas de un órgano previamente dañado por colestasis y por inflamación de los conductos biliares, la evaluación preoperatoria de la función hepática remanente es esencial. Un acondicionamiento del hígado mediante drenaje selectivo de los conductos biliares y antes de resecciones derechas extensas mediante inducción de hipertrofia (embolización de la vena porta/ALPPS) ) es una opción para un mejor resultado.

    Especialmente cuando no es posible la inducción de hipertrofia, el procedimiento descrito aquí de una resección hepática central es una variante técnica para la resección radical con preservación máxima simultánea de parénquima hepático sano.

    En el caso demostrado, se trata de un tumor de conducto biliar estenosante en la bifurcación hepática Bismuth IIIb, que fue diagnosticado mediante MRCP, ERCP y citología por cepillado.Una resección derecha extendida no era viable debido a la atrofia del lóbulo hepático izquierdo. Por lo tanto, se recurrió a la extirpación de los segmentos hepáticos 1,4,5 y 8 con preservación de los segmentos laterales 6,7 y 2,3, especialmente porque la bifurcación de la vena porta y la arteria hepática izquierda no aparecían infiltradas en la imagen morfológica.

    168-PM1
  2. Contraindicaciones

    Irresecabilidad del colangiocarcinoma hiliar:

    • Encapsulamiento/oclusión de la vena porta
    • Metástasis en ganglios linfáticos más allá del ligamento hepatoduodenal
    • Metástasis a distancia
    • Ascitis maligna
    • Enfermedades hepáticas avanzadas, en particular la PSC avanzada (colangitis esclerosante primaria)
    • Tumores que han alcanzado los conductos biliares segmentarios de ambos lados simultáneamente.
    • Tumores que infiltran ambas arterias hepáticas.

    Cirrosis hepática:

    • La evaluación de la reserva funcional de un hígado cirrótico es difícil. Además del estado general físico y la puntuación Child-Pugh , la gravedad de la hipertensión portal es de importancia decisiva. Los parámetros más importantes para una función hepática postoperatoria adecuada son una bilirrubina normal y un gradiente de presión venosa hepática de < 10 mmHg. Los indicadores del grado de hipertensión portal son el tamaño del bazo, la presencia de varices esofágicas y el recuento de plaquetas (Atención: < 100.000/μl).
    • Riesgo claramente aumentado en caso de hipertensión portal debido a una preparación complicada y de riesgo en el hilio hepático.

    Volumen hepático remanente insuficiente:

    La causa más importante de la mortalidad perioperatoria después de la resección hepática es la insuficiencia hepática. La evaluación del riesgo tiene por lo tanto una importancia decisiva, ya que las posibilidades terapéuticas en caso de insuficiencia hepática postoperatoria son muy limitadas.

    • En tumores de Klatskin se debe aspirar a un volumen hepático remanente del 40%, ya que el hígado está predamaged por la colestasis.
    • Evaluación de un condicionamiento de hipertrofia mediante una embolización venosa portal (PVE) o ALPPS (Associating Liver Partition and Portal vein ligation for Staged hepatectomy).
    • Se puede esperar una hipertrofia correspondiente después de 3 a 5 semanas, pero en un hígado colestásico o cirrótico puede tardar considerablemente más tiempo. 

    Inoperabilidad general:

    Enfermedades subyacentes del paciente, en particular riesgos cardíacos, deben tenerse en cuenta.

  3. Diagnóstico preoperatorio

    Anamnesis: Los factores de riesgo son colangitis recurrentes, la PSC primaria y quistes de los conductos biliares.

    Signos clínicos: ictericia indolora (prurito cutáneo, heces acólicas), dolor, pérdida de peso, fiebre

    Marcadores tumorales: Ca19-9, CEA

    Imagen:

    El siguiente algoritmo diagnóstico se ofrece:

    1. (Medio de contraste)ecografía como diagnóstico básico

    2. TC con medio de contraste del abdomen

    Procedimiento estándar para la planificación quirúrgica y la aclaración de la resecabilidad es la tomografía computarizada en espiral rápida con medio de contraste (MC) multifásica en espesor de corte fino. Con ello se logra una representación de alta resolución de las estructuras arteriales, portovenosas y venosas. Con el software de evaluación correspondiente se puede estimar el volumen tumoral, el volumen hepático total y el volumen hepático remanente después de la resección. En relación con la función hepática, la TC solo proporciona indicios indirectos: bazo agrandado, vena umbilical recanalizada, lóbulo caudado prominente, colangios dilatados. La desventaja es una representación deficiente del sistema de conductos biliares.

    3. RM/RMCP

    Antes de procedimientos intervencionistas como método no invasivo para la imagen del sistema de conductos biliares, para poder evaluar las relaciones de los conductos biliares sin una reacción inflamatoria postintervencionista que influya. También se pueden representar segmentos hepáticos desconectados.

    4. CPRE y/o DCTP en su caso con colangioscopia

    En la CPRE existe en principio la posibilidad de diagnóstico histológico y citológico de tejidos, en cuestiones específicas también mediante punción con aguja fina guiada por EUS. La CPRE combina opciones diagnósticas y terapéuticas en obstrucción biliar.

    La toma de tejido se realiza en forma de citología por cepillado y biopsia directa con pinzas, siendo que la combinación de ambos métodos aumenta la sensibilidad.

    Un método citológico moderno utilizando bilis aspirada es la FISH (hibridación in situ por fluorescencia) con detección de aberraciones cromosómicas del epitelio de los conductos biliares.

    La desventaja es la contaminación bacteriana hasta los conductos biliares intrahepáticos con aumento de la tasa de complicaciones infecciosas y potencial diseminación de células tumorales (metástasis hepáticas, implantes en la extracción intraoperatoria del stent de conducto biliar).

    La DCTP se indica generalmente cuando la CPRE no es factible. Las ventajas de la DCTP son la colangiografía más precisa y fácilmente reproducible con riesgo mínimo de contaminación.

    5. Opcional laparoscopia de estadificación para excluir metástasis hepáticas y/o carcinomatosis peritoneal.

    PET-TC (tomografía por emisión de positrones en combinación con una TC) 

    En el diagnóstico inicial no es la primera opción, ya que es peor que los otros procedimientos de imagen.

    Una indicación sensata parece ser la detección de recidivas locales después de la resección de colangiocarcinomas hiliares.

    Endosonografía

    El ultrasonido endoscópico ofrece una alta resolución de detalles de las estructuras adyacentes al estómago y duodeno. Esto incluye el conducto hepático común hasta el hilio hepático, ganglios linfáticos locales y vasos adyacentes. Es posible la obtención de tejido mediante punción con aguja fina (FNA), siendo que la sensibilidad es menor en comparación con los métodos de obtención de tejido basados en ERC.

    Observación:

    La confirmación histológica o citológica del proceso maligno solo se logra en pocos casos debido a la difícil representabilidad. En caso de sospecha clínica suficiente, la operación está indicada también sin confirmación histológica previa

    La extensión de la enfermedad tumoral solo es evidente intraoperatoriamente, solo aquí se puede decidir sobre la resecabilidad. Por lo tanto, debe aceptarse una alta tasa de exploraciones.

  4. Preparación especial

    • Drenaje endoscópico antes de la resección:
      • En principio, se deben evitar los stents. Sin embargo, bajo la colestasis aumenta la disfunción hepática, que es responsable de una mayor morbilidad y mortalidad. Por lo tanto, los stents son frecuentemente inevitables.
      • Antes de la colocación del stent, se debe completar la imagenología necesaria para aclarar la resecabilidad. Un stent colocado también dificulta la evaluación intraoperatoria de la resecabilidad.
      • Indicaciones: Presencia de colangitis o colestasis marcada, valor de bilirrubina >10 mg/dl, posiblemente drenaje bilateral.
      • A diferencia de los carcinomas de los conductos biliares distales, en los tumores hiliares se recomienda una descompresión preoperatoria de las vías biliares. La colocación de un drenaje de las vías biliares debe decidirse en última instancia por el operador, ya que por un lado el parénquima hepático que permanece postoperatoriamente debe descomprimirse preoperatoriamente de manera obligatoria, por otro lado la colangiosepsis representa una de las principales causas de letalidad postoperatoria. Después de cada manipulación en las vías biliares, aumenta el riesgo de contaminación bacteriana de las vías biliares. Por lo tanto, en caso de ERCP/Stent p.ej., se recomienda profilaxis o terapia antibiótica antes y después de la resección hepática, de lo contrario es suficiente una antibiosis de dosis única. 
    • Determinación del grupo sanguíneo con reserva de transfusión suficiente (4-6 concentrados de eritrocitos, posiblemente FFP o plaquetas) !
    • En caso de riesgo cardiopulmonar elevado, aclaración del riesgo operatorio mediante diagnóstico adicional (ECG de esfuerzo, ecocardiograma, coronariografía, prueba de función pulmonar)
    • Capacidad de cuidados intensivos suficiente en pacientes de riesgo
    • Laxante ligero o enema el día anterior recomendable.
  5. Información

    Para la información del paciente se deben utilizar formularios de información estandarizados. Aquí también hay dibujos anatómicos correspondientes, en los que se puede registrar el hallazgo. Se debe informar sobre alternativas y posibilidades de tratamiento adicional, en particular, las extensiones de la intervención primaria siempre deben discutirse.

    Riesgos generales

    • Hemorragia
    • Hemorragia posterior
    • Hematoma
    • Necesidad de transfusiones con los correspondientes riesgos de transfusión
    • Tromboembolia
    • Infección de la herida
    • Absceso
    • Lesión de órganos/estructuras vecinas (estómago, esófago, bazo, diafragma)
    • Evisceración
    • Hernia incisional
    • Intervención posterior
    • Letalidad

    Riesgos específicos

    • Necrosis del parénquima hepático
    • Fístula biliar
    • Bilioma
    • Hemobilia
    • Peritonitis biliar
    • Estenosis de los conductos biliares
    • Derrame pleural
    • Embolia aérea (por apertura inadvertida o no detectada de venas hepáticas)
    • Trombosis de la vena porta
    • Trombosis de la arteria hepática
    • Insuficiencia hepática crónica
    • Insuficiencia hepática con coma por fallo hepático
    • Recidiva tumoral
  6. Anestesia

    Anestesia con intubación

    Analgesia intra y postoperatoria con PDC

    Siga aquí el enlace a PROSPECT (Manejo del dolor postoperatorio específico del procedimiento) o a la guía actual Tratamiento de dolores agudos perioperatorios y postraumáticos

    En las resecciones hepáticas, la anestesia juega un papel importante en las medidas intraoperatorias de ahorro de sangre.
    La presión en los sinusoides hepáticos depende de la presión en las venas hepáticas, que a su vez depende del PVC. Por lo tanto, durante la transección del parénquima hepático, el PVC debe reducirse a 2-5 mmHg, lo que puede reducir significativamente la pérdida de sangre intraoperatoria y el volumen de transfusión.
    En caso de apertura accidental de grandes venas hepáticas o de la vena cava, el PEEP puede aumentarse temporalmente para evitar embolias aéreas inminentes.

    Una presión positiva al final de la espiración (PEEP, inglés positive end-expiratory pressure) es un parámetro en la ventilación artificial. Denota una presión positiva en el pulmón al final de la exhalación (espiración). Se genera mediante una válvula PEEP.

    En función de la función hepática y la pérdida de sangre, pueden producirse alteraciones en el sistema de coagulación y fibrinólisis. Esto requiere un monitoreo intraoperatorio estrecho y, si es necesario, una sustitución temprana de factores de coagulación.

  7. Posicionamiento

    Posicionamiento

    Decúbito supino, ambos brazos adosados, ligera hiperextensión en la unión toracolumbar

  8. Configuración OP

    Configuración OP
    • Cirujano a la derecha del paciente
    • 1. asistente a la izquierda del paciente
    • 2. asistente a la derecha del paciente, en dirección a la cabeza del cirujano
    • Personal de enfermería instrumentista a la izquierda del paciente, en dirección a los pies del 1. asistente
  9. Instrumentación especial y sistemas de sujeción

    • Colador de bilis, de vasos o LTX
    • Sistema de ganchos de tracción por cable,
    • Vessel-Loops
    • Herramientas para la resección del parénquima, aquí aspirador ultrasónico (CUSA®), más información sobre las herramientas para la resección del parénquima se encuentra en 
    Informe quirúrgico
    • Aparato de ecografía
    • Herramientas para la hemostasia puntual del hígado: p. ej. clips, coagulación bipolar y monopolar, Argon-Beamer, coagulación infrarroja, etc.
    • Herramientas para el sellado vascular en la superficie de resección. En el caso demostrado se utiliza un polvo hemostático HaemoCer PLUS :
      • Se trata de un polvo listo para usar inmediatamente hecho de extractos vegetales polimerizados.
      • El producto es biocompatible y no contiene componentes animales ni humanos.
      • HaemoCer es aplicable tanto en hemorragias difusas como en activas.
      • El material completamente reabsorbible acelera la coagulación sanguínea natural (hemostasia) gracias a su extremadamente alta capacidad de absorción de agua.
      • Se produce una acumulación de fibrina, trombina y glóbulos rojos en la fuente de sangrado. Se forma un coágulo propio del cuerpo y se detiene la hemorragia. Después de la hemostasia, la herida está rodeada por una capa de gel estable y firmemente adherida. Esta sirve como barrera adicional para proteger contra una nueva salida de sangre.
      • Estudios independientes también muestran que el uso de polvos hemostáticos basados en plantas (polisacáridos) contribuye a la reducción de adherencias postoperatorias.
      • El producto se fabrica en Alemania y está certificado.
      • Dentro de 48 horas se degrada completamente por la amilasa en el cuerpo.
  10. Tratamiento postoperatorio

    Tratamiento médico posterior
    Es decisivo una extubación postoperatoria temprana así como una terapia del dolor suficiente (¡analgesia epidural!). Siga aquí el enlace a PROSPECT (Procedures Specific Postoperative Pain Management).
    Siga aquí el enlace a la guía actual: Tratamiento de dolores perioperatorios agudos y postraumáticos.

    • antibioterapia perioperatoria 48 – 72h postoperatoria
      Inicio de la antibioterapia perioperatoria con la inducción de la anestesia, p.ej. combinación Claforan® 3 × 2 g y Clont® 3 × 0,5 g i.v.; en caso de alergia a la penicilina en lugar de Claforan® Ciprofloxacin 200mg 1-0-1
    • controles de laboratorio estrechos
    • Determinación de bilirrubina del secreción de drenaje
    • Retirada de los drenajes según las cantidades de secreción y los valores mencionados anteriormente
    • Retirada de PDK por la anestesia en el 3. – 6. día postoperatorio
    • Profilaxis con IBP: inicialmente i.v., luego p.o.

    Profilaxis de trombosis

    En ausencia de contraindicaciones, debido al alto riesgo de tromboembolia, además de medidas físicas se debe administrar heparina de bajo peso molecular en dosis profiláctica, posiblemente adaptada al peso o al riesgo de disposición. A tener en cuenta: función renal, HIT II (anamnesis, control de plaquetas). Siga aquí el enlace a la guía actual Profilaxis de la tromboembolia venosa (TEV).

    Movilización
    Lo más temprano posible, especialmente para la profilaxis de neumonía, que es esencial en cada resección hepática. Reanudación paso a paso de la carga física hasta la carga completa.

    Gimnasia hospitalaria y respiratoria
    ¡Una profilaxis de neumonía es vital y tiene prioridad absoluta en las resecciones hepáticas! , p.ej. asistente de ventilación (Bird) y/o  aparato de ejercicios Triflow y gimnasia hospitalaria correspondiente.

    Aumento de la dieta
    Aumento rápido de la dieta; en el 1. día postop. té, sopa, biscote. 

    Regulación de las heces
    A partir del 3. día el paciente debe ser evacuado, esto se puede estimular p.ej. con un enema.

    Incapacidad laboral
    En intervenciones abiertas con extensión de la laparotomía mediana hacia el flanco derecho, el riesgo de una hernia cicatricial postoperatoria no es insignificante, por lo que el paciente debe observar un reposo postoperatorio durante al menos cuatro a seis semanas. Trabajos ligeros, especialmente actividades de oficina, también se pueden reanudar antes.